A veces, escapar de la rutina viviendo en una isla parece algo difícil, en el único sentido de que no se tiene esa autonomía de la que goza la Península para coger el coche y recorrer kilómetros, pero otras muchas cosas suplen esta carencia.

Si el residente mallorquín tiene la oportunidad de juntar un fin de semana libre de responsabilidades y busca alejarse un poco de su casa y municipio, decir que para ello no es imprescindible coger un avión o un barco. Y es que la oferta hotelera repartida a lo largo y ancho de Mallorca nos ofrece una interesante oportunidad. Así pues, desconectar es posible, sintiendo que viajamos a algún paraíso (como lo es Mallorca) pero sin salir de aquí.

Lo primero de todo es seleccionar la zona que deseamos visitar, mejor si no la conocemos mucho para que, además del hotel, podamos disfrutar de los alrededores. Buenos ejemplos pueden ser Cala Agulla en Capdepera, una playa de más de medio kilómetro de arena con un preciado paisaje rústico. Sa Coma, situada entre Cala Millor y s’Illot también posee una fragante playa con cristalinas aguas, con su gran paseo marítimo y su calle principal dedicada al comercio. Y así, un largo etcétera concentrado en esta zona del este de Mallorca.

Un posible ejemplo de hoteles, adherido a esta parte de la isla, es la cadena Blue Sea con diversas estancias repartidas por la isla, concretamente en localidades como Cala Millor, Cala Rajada o  Sa Coma.

La zona norte de la isla es otro placer para descansar, sus kilométricas playas de blanca arena contrapuestas con calas de piedra vierten una singular visión de lo que pueden ser días de relax; allí destacan hoteles como Be Live Grand Palace de Muro, también ideal para compartir en familia. Desde allí es fácil acercarse a ver el parque de s’Albufera o los encantadores municipios de los alrededores como Alcúdia, Pollença, Son Serra de Marina...

Son sólo algunas de las posibles zonas puesto que la oferta hotelera se extiende a lo largo y ancho de la majestuosa Mallorca.