En los últimos años, la normativa ha favorecido las reformas hoteleras y el incremento de categoría. | PLOZANO

A través de esta modificación, han variado diversos parámetros que, en algunos, casos se habían quedado obsoletos. Además, tiene en consideración aspectos novedosos relacionados con el medio ambiente o la circularidad. En este sentido, aumenta la puntuación de los establecimientos hoteleros que aprovechen las aguas grises, previamente tratadas y almacenadas, para llenar las cisternas de los inodoros. En el año 2015 otorgaba dos puntos y ahora son diez. Lo mismo pasa con la presencia de especies autóctonas o mediterráneas de bajo consumo hídrico en el jardín. También introduce nuevos criterios, como la existencia de puntos de carga eléctrica para vehículos y bicicletas y la oferta de alquiler de vehículos eléctricos, ambos con cinco puntos. Por otra parte, tener dispositivos de ahorro de agua en los grifos y doble pulsador en las cisternas de los inodoros pasa a ser obligado en todas las categorías. La utilización de energía solar para el alumbrado exterior ha pasado de contar un punto a cinco. El riego del jardín de noche con goteo subterráneo ha pasado de dos a cinco puntos.

Desestacionalización

Algunos servicios, principalmente relacionados con la desestacionalización, han aumentado su puntuación. Por ejemplo, el menú con productos ecológicos antes suponía 10 puntos y ahora 15; la venta de productos de Balears pasa de 8 a 10 puntos, el centro de ciclismo profesional pasa de 15 a 20 puntos, y las instalaciones de deportes náuticos pasan de 10 a 15 puntos. También permite a los establecimientos de menos de 20 habitaciones obtener 15 puntos por ofrecer actividades de turismo activo subcontratados, cuando antes debían ser propios. Y el servicio médico pasa de dos puntos a cuatro.

La calificación hotelera ofrece una idea de la calidad del establecimiento

Tener acceso a Internet en la habitación antes era obligatorio a partir de 4 estrellas, y ahora lo es a partir de 2. Mientras que tener página web antes solo era obligado a partir de 3 estrellas y ahora lo es también para los 2 estrellas. Igualmente, se ha eliminado la obligación de ofrecer el servicio de despertador.

En cambio, finalmente no se han incluido en la normativa de clasificación de hoteles criterios relacionados con aspectos sociales, laborales y de las condiciones de los trabajadores, que sí son tratados en la ley. En este sentido, la nueva norma fija la obligatoriedad de facilitar el trabajo de las camareras de piso. La calificación hotelera no es una cuestión baladí, puesto que ofrece una idea de la calidad del establecimiento. En este sentido, las compentencias que permiten regular las calificaciones son autonómicas.

Puntuación

La normativa aprobada en las Islas fija el número de puntos que debe tener un establecimiento para alcanzar una categoría. Son los siguientes: 120 (1*); 200 (2*); 300 (3*); 450 (3 Sup.); 500 (4*); 650 (4* Sup.); 700 (5*); y 950 (5* GL). En el caso de los aparthoteles, la puntuación es diferente: 141 (1*); 225 (2*); 330 (3*); 480 (3* Sup.); 535 (4*); 685 (4* Sup.); 740 (5*); y 990 (5* GL).
En los últimos años, la normativa ha favorecido las reformas hoteleras y el incremento de categoría. En este sentido, han sido numerosos los establecimientos que han mejorado su clasificación. Por otro lado, hay establecimientos que no aspiran a las cinco estrellas. Y es que en los últimos años la ostentación que supone volar en business u hospedarse en un establecimiento de la máxima categoría no está bien visto para el turismo MICE.

En total, la nueva normativa tiene en consideración 345 parámetros

La clasificación de los hoteles en Balears va desde 1 estrella para los establecimientos de menor categoría hasta 5 estrellas Gran Lujo. La calificación hotelera depende de la evaluación de características. El establecimiento obtendrá una categoría u otra en función de la puntuación total obtenida. La ley fija siete grandes grupos a considerar: áreas comunes; habitaciones (mobiliario y equipamiento); restauración; equipamientos, instalaciones y otros servicios; equipamientos desestacionalizadores; planes de preparación y adaptación de la oferta; y, finalmente, medidas medioambientales y de eficiencia energética. Además, cada uno de estos siete grandes grupos tiene diferentes apartados. En total, la nueva normativa tiene en consideración 345 parámetros.