Ports IB gestiona enclaves tan emblemáticos y conocidos como el Port de Sóller. | Lluc Garcia

Para Ports IB el náutico-deportivo es un sector estratégico para el desarrollo económico y social de las Illes Balears, una comunidad que siempre ha apostado por un modelo turístico de calidad en el que la oferta de servicios ligados a la navegación deportiva o de ocio es un componente esencial. Xavier Ramis, vicepresidente ejecutivo de la entidad ve inseparable «ese modelo de calidad de un modelo medioambiental». Solo de esa manera es posible conciliar el desarrollo y la sostenibilidad.

Desde la promulgación de la Ley 10/2005 de 21 de junio, de puertos de las Illes Balears, con sus posteriores modificaciones, las instalaciones náuticas de la toda la Comunitat Autònoma iniciaron un proceso de remodelación «que nos ha permitido dar un salto de calidad en esa oferta náutico-deportiva», señala Ramis. «Siendo clave de esta oferta nuestro litoral, como factor en el que radica el atractivo para las embarcaciones que nos visitan, la calidad en el servicio tiene que ir de la mano de la calidad ambiental. Por ello, desde los puertos tenemos que ser capaces de ofrecer los servicios que garanticen que ninguna de las actividades de la náutica de recreo afecte negativamente al mar.

La práctica totalidad de los varaderos de los puertos baleares cuenta con rejillas perimetrales y separador de hidrocarburos, así como con zonas específicas para el depósito de los residuos tóxicos y peligrosos procedentes de las embarcaciones que posteriormente son retirados por un gestor autorizado que se encarga de su control, tratamiento y reciclaje. «Todas las instalaciones cuentan con maquinaria para la extracción de las aguas de sentina y de las aguas sucias de las embarcaciones» relata Ramis. Los estándares de calidad hacen, además, que cerca del 40% de las instalaciones ostenten el distintivo de bandera azul o tengan certificaciones de calidad medioambiental tan importantes como los ISO 9001, ISO 14001, EMAS o Q del ICTE.

Con los puertos ya dotados de las instalaciones necesarias, las herramientas adecuadas y la voluntad de protección del mar por encima de cualquier otra cosa, «el siguiente paso es informar, comunicar, realizar campañas de concienciación y concienciar a todos los usuarios de los puertos, a todos los navegantes y turistas náuticos que nos visitan, de la existencia de estas infraestructuras y servicios para que los soliciten, para que los usen y nos ayuden a mantener, ahora y en el tiempo, la calidad de nuestras aguas y la belleza de nuestro litoral» sostiene Ramis, al tiempo que anima a toda la sociedad a implicarse en esta tarea.