En su taller, en la capital del Raiguer, la maestra artesana Francisca Truyol consigue mantener vivo este oficio. | Miquel Àngel Cañellas Serra

En la ciudad de Inca, concretamente en la calle Torrent de Tabou, se encuentra el único taller de siurells y de objetos de barro de la ciudad. En él, la maestra artesana Francisca Truyol mantiene vivo este oficio en la ciudad, moldeando infinidad de siurells inquers; los únicos de Mallorca pintados con cuatro colores: azul, rojo, amarillo y verde. Además, se pueden encontrar verdaderas obras de arte artesanal hechas en barro: vasijas, platos, tazas, maceteros,… Toda una serie de hermosos objetos decorativos y funcionales a los que es casi imposible resistirse.

En el marco de la edición 2024 de eMallorca Experience, hablamos con Truyol, que ha sido la persona designada por la organización para confeccionar los trofeos del Eco Rallye Mallorca - Inca Ciutat. En líneas generales, la maestra artesana no duda en afirmar que eMallorca Experience es «una magnífica oportunidad para concienciar a la sociedad balear de la importancia de incluir la sostenibilidad en nuestro día a día».

En lo que se refiere a los trofeos y de la inspiración de la que se ha servido para su creación, comenta que, «partiendo del nombre del evento, tenía claro que era imprescindible la aparición de la imagen de nuestra Isla. Así que he creado el trofeo con la silueta de nuestra Isla utilizando materiales básicos como el barro y la madera, y -en la medida de lo posible- empleando también productos locales o de proximidad. En el interior de Mallorca, en el trofeo, se ve claramente la letra ‘e’ que forma parte del logo de este proyecto. Y por otro lado, la decoración la he llevado a cabo con los cuatro colores con los que se identifican las figuras de los siurells de Inca, rojo, verde, amarillo y azul».

Al respecto, agrega: «como única maestra siurellera que queda en activo en la ciudad, es muy importante para mi transmitir en todas mis obras la identidad de esta tradición tan antigua. La combinación entre sí de estos colores, sobre un fondo blanco, nos da una sensación de fiesta y alegría, como si de una explosión de confeti se tratara».

Sobre el proceso de creación, explica que lo más importante es, una vez que se tiene la idea, crear el prototipo para asegurarse de que sea factible. «En el momento en que se da por buena la muestra, se comienza con la creación de las piezas, una a una. A continuación, se debe esperar a que se sequen; después hay que hornearlas, pintarlas y, finalmente, montarlas encima de las maderas. Al ser tantas unidades, he necesitado entre seis y ocho semanas de intenso trabajo diario».

Para la artesana es muy importante y confía en que los galardonados entiendan que han adquirido «una pieza única y especial, hecha totalmente a mano. Espero y deseo que puedan percibir las mismas sensaciones que yo he experimentado durante el proceso de creación».