Los participantes de Connect'Up Start 2022, junto a Xesca Vidal, experta en comunicación verbal y no verbal. | Jaume Morey

Los participantes del concurso de emprendeduría balear ya están inmersos en pleno proceso de formación. El miércoles 16 de noviembre dio comienzo el exigente e intenso programa formativo y de mentorización compuesto por talleres, actividades, jornadas y encuentros sectoriales específicos para cada categoría.

Connect’Up, la plataforma que impulsa la innovación balear, ha ido fraguando durante estos cinco años un destacado programa de promoción, selección e impulso del talento emprendedor de las Islas Baleares. Y con el propósito de impulsar y dar apoyo a todos los emprendores, el conccurso organizado por el Grup Serra y patrocinado por CaixaBank, pone a disposición de los finalistas un elenco de expertos que forman a los participantes de esta edición. Además, como es habitual una firme red de empresas, entidades e instituciones colaboradoras apoyan un año más el proyecto con ADN innovador.

La formación de Connect'Up se ha iniciado con el módulo de oratoria, materia clave para los emprendedores. La experta en comunicación verbal y no verbal, Xesca Vidal, repite por quinto año consecutivo como formadora de una de las áreas de aprendizaje más importantes para todos los finalistas. En esta edición, Vidal realizará sesiones de oratoria para la categoría Start y Youth. Mientras que para la categoría Grow, la experta, impartirá un mentoring basado en sesiones personalizas para cada uno de los proyectos.

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Los participantes de Connect'Up Grow2022.

Vidal sostiene que «año tras año, intento innovar en metodología y en contenidos. Antes nos centrábamos mucho en técnicas de comunicación no verbal como son los movimientos corporales, la gesticulación de cara y brazos, las posturas, la mirada, el parpadeo y un largo etc. Pasábamos a continuación a trabajar aspectos relacionados con la expresión verbal. Ahora, desde la segunda sesión, ya trabajamos a fondo las técnicas relacionadas con los usos de la voz, básicamente respiración y enfatización. Trabajamos también la vocalización y la proyección de la voz, añadiendo en siguientes sesiones el aprendizaje de los cambios de tono y el ritmo en el habla. Los ejercicios prácticos resultan muy amenos. Se escuchan risas y más risas cuando ejercitan el control de la musculatura facial, o cuando aprenden cómo proyectar la voz para no dañar las cuerdas vocales». Y añade que «la gran preocupación, para muchos de ellos, es el pánico escénico. Para resolverlo se les enseñan un conjunto de técnicas a activar desde el momento en que pronuncian la primera palabra. Identifican el pánico, con el 'quedarse en blanco' y eso es muy, muy, fácil de resolver. Aunque resulte difícil creerlo, con el aprendizaje de una sola técnica queda resuelto. Lo que realmente importa -y se les enseña- es que controlen la ansiedad en todo momento, desde el momento en que preparan y entrenan una intervención, hasta el momento en que finalizan su exposición pública. Así desaparecen miedos, horrores y terrores. Eso es primordial para llegar a ser un buen orador. Y lo consiguen».

Sobre el balance como formafora, durante estos años, Vidal comenta que «la formación oratoria es singular. La razón radica en que son necesarios 21 días de práctica continua para que sea efectiva. Desde la primera edición de Connect’up se planteó no limitar la formación en técnicas del habla a dos sesiones. Introdujimos el acompañamiento de los emprendedores desde el primer día hasta el día del cierre, con la gran final en la que se hace la exposición pública de los proyectos ante una amplia audiencia. Y eso supone mucho más de 21 días trabajando las técnicas oratorias».

Según Vidal, la oratoria se convierte en un eje vertebrador del programa y apunta que «en las sesiones oratorias se transforma lo aprendido en otros módulos o talleres en palabras ordenadas, frases estructuradas y expresión oral, que llega a ser muy notoria en algunos participantes».

Aunque el aprendizaje de las últimas sesiones es muy duro, los participantes que han pasado por Connect'Up llegan siempre a la misma conclusión: Sean premiados o no, en la final de cada edición de Connect’up, se sienten compensados por la experiencia oratoria que no la olvidarán jamás.