Presumen de que la calidad de la enseñanza y el aprendizaje en su escuela es excepcional, para ello cuentan con una plantilla de profesores «altamente cualificados y apasionados por sus asignaturas. Se preocupan por los estudiantes y hacen un esfuerzo adicional para apoyarlos y guiarlos», asegura Colwell.
La inclusividad es otro factor imprescindible para Sa Porrassa, que cuenta con alumnos con distintas capacidades y de más de 45 nacionalidades diferentes. Mediante el trato individualizado, los maestros y maestras de la escuela se aseguran de que todos los niños accedan a una educación de alta calidad. Además, disponen de apoyo adicional para los niños en las primeras etapas del inglés, y también se centran en el desarrollo de habilidades avanzadas y desafiantes. Esto último no sería posible si no contaran con una comunidad de familias involucradas «muy importante para nosotros», con las que trabajan de forma muy estrecha cualquier aspecto de la escolarización de sus hijos y fomentan la comunicación regular y frecuente. Además, llevan a cabo distintas festividades de las que las familias son grandes participantes como el Día del Deporte y varias ferias.
Otro de los atractivos de Sa Porrassa es su preocupación por mejorar, año tras año, sus instalaciones, invirtiendo de manera significativa en ello: laboratorios de ciencias completamente nuevos, una piscina y, este verano, se llevará a cabo la remodelación completa del campo y las instalaciones deportivas exteriores.
En definitiva, al preguntarle a su directora Alison Colwell qué les diferencia, ella es clara: «la calidad de enseñanza y aprendizaje, nuestros profesores y profesionales, el énfasis en el cuidado, el bienestar y el apoyo de nuestros estudiantes, nuestros excelentes resultados en los exámenes y nuestra ética inclusiva y acogedora».
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