Guillem Coll, Andreu Queglas, Pere Castelló y Jaume Rovira en la redacción de Inca. | Juanjo Roig

Hubo una época en la que, sin la inmediatez de las redes sociales ni los avances técnicos que ahora permiten mandar una foto en segundos, los partidos del Constància contaron con testimonios de excepción que reflejaron sus crónicas en los medios de comunicación del Grup Serra. En los últimos cincuenta años, Guillem Coll, Andreu Quetglas, Pere Castelló y Jaume Rovira han seguido desde la ciudad al club inquer y han escrito sus crónicas en Ultima Hora, Baleares y Diari de Balears.

Antes que ellos hubo un pionero en la figura de Andreu París, que también fue diputado socalista en la primera legislatura democrática en el Parlament. Guillem Coll arrancó su tarea en los años 1972 y 1973, y el Constància en Segunda División A y Tercera Regional. Recuerda como «podíamos disponer de las imágenes del famoso fotógrafo Joan Roselló, aunque debíamos mandarlas a través de la agencia Beltrán que las llevaba hasta Palma». En años posteriores rememora cómo desde la delegación del Grup Serra en Inca le preparaban carretes «con seis o siete fotos como máximo».

Desde el año 1979 fue Andreu Quetglas quien tomó el relevo en las crónicas para este diario. Su trayectoria en otros medios le permitió dominar el escenario y se ganó la aprobación del presidente del Grup Serra, Pere A. Serra, quien fue un declarado seguidor del Constància. Quetglas relata cómo logró que construyeran una cabina para periodistas en el Camp Nou y, en su inabarcable archivo, figuran momentos imborrables del club de los que él fue testigo.

Años ochenta

El periodista Patricio Candia siguió las evoluciones del club durante el período 1983-1984 y seguidamente fue Pere Castelló quien pasó a realizar las crónicas deportivas del equipo inquer. En su retina se mantiene la visita en 1985 del Sporting de Gijón a Inca, para disputar la Copa del Rey y en cuya plantilla figuraba el ilustre Enrique Castro ‘Quini’. También la suspensión del partido contra el Badia Cala Millor del 22 de mayo de 1988, en la que se jugaban el descenso a Tercera División y que acabó con una batalla campal. Castelló tiene también una buena anécdota cuando, tras narrar un partido para UH Radio se quedó encerrado en el campo y tuvieron que ir a abrirle.

A partir de 1996, Jaume Rovira comenzó a ayudar a Pere Castelló y finalmente se quedó en el puesto de corresponsal deportivo del Constància para la radio y Diari de Balears. Vivió las liguillas de ascenso con Nico López y algunas de las comodidades que sus antecesores ni soñaron.