Desde nuestra base en Mallorca, somos testigos de cómo los valores y la cultura empresarial se convierten en un pilar indispensable para fidelizar el talento. En RIU somos una empresa familiar y, a la vez, una multinacional con 98 hoteles en 21 países. Lograr que esos valores lleguen al último rincón de nuestra organización y sean tangibles para los colaboradores es esencial para mantener nuestros estándares de calidad. Por eso, programas como «Esencia RIU», son tan importantes, porque son una forma de transmitir esos principios esenciales a todos nuestros colaboradores. Pero, su éxito depende del apoyo de directivos y de otros departamentos como recursos humanos; así mismo, la ayuda de los mandos es clave, ya que actúan como mentores que transmiten estos valores, como el sentimiento de familia y la amabilidad, que nos diferencian y que fomentan su réplica en toda la organización.
La dificultad para cubrir plantillas es un reto que comparten muchas empresas hoteleras en Mallorca y a nivel mundial, por ello una de nuestras mayores apuestas es invertir en la formación y el desarrollo del talento interno. Hemos comprobado cómo esto, no solo reduce la rotación, sino que incentiva el sentido de pertenencia y profesionalización, el trabajo no sólo es una forma de subsistir, es un estilo de vida. Especialmente en mercados laborales competitivos como México, donde nuestro «Programa PIT» ha demostrado ser un éxito ya que ha reducido drásticamente la rotación en este destino tan importante para nosotros, más o menos en un 50% respecto a incorporar a la gente directamente. La experiencia en México nos ha enseñado que las personas buscan más que un simple salario; quieren formar parte de algo significativo, tener una profesión que garantice un desarrollo continuo en un ambiente social y cultural con el que se establezcan vínculos de pertenencia.
Estas acciones las apoyamos con un programa enfocado a cambiar la forma de liderar de los mandos, lo llamamos «Experiencia del Empleado RIU» y está basado en conseguir que el trabajo tenga el entorno social que favorezca nuestro desarrollo y dignidad. El año pasado empezamos en México y este año lo estamos trasladando a otros destinos, como República Dominicana. También, a nivel corporativo, estamos desarrollando un programa de mentoring para el área de Informática aprovechando las sinergias con el área de Comercial, que nos tiene que permitir hacer el correcto ensamblaje entre las personas y la incorporación de tecnología. Ampliamos el programa de «Coaching Online» que es un potente acelerador de las capacidades de inteligencia emocional de nuestros directivos y seguimos con nuestra estrategia de sostenibilidad Proudly Committed ligado al cual hemos iniciado un programa para concienciar a nuestros directivos sobre nuestra visión del futuro.
La formación ocupa un lugar central en las sociedades modernas, es un mecanismo de cohesión social, de integración, de cambio y que garantiza las oportunidades de desarrollo individual. En RIU, hemos pasado de registrar 190.000 horas de formación en 2023 a 260.000 horas en 2024, y este año pretendemos superar esa cifra. Nos referimos a horas de clase. A estas hay que sumar las horas de formación realizadas durante las aperturas de los hoteles y a las horas de formación en el puesto, que si las sumáramos duplicarían o triplicarían estas cifras.
Somos una sociedad altamente tecnologizada, pero la tecnología per se no garantiza ningún éxito, seguimos siendo las personas el sujeto inicial y el objeto final de todo. Poner a las personas en el centro no es solo una declaración de intenciones, es parte de nuestra estrategia. Nuestra meta es fidelizar el talento y dar progresión a nuestros empleados para que sepan transmitir esta calidez, ese trato humano que ahora, en una sociedad de cada vez más fría y distante, es más importante que nunca. Seguiremos desarrollando nuestros programas de formación y sostenibilidad para asegurar que RIU continúe siendo una empresa que ofrece experiencias extraordinarias a través de nuestras personas. Porque al final, las personas son y seguirán siendo el corazón de la hostelería.