El cooperativismo agrario sigue creciendo con dos cooperativas de explotación agraria de la tierra, lo que supone un cambio de tendencia de los últimos años. Las cooperativas agroalimentarias están consolidadas y son esenciales para mantener la producción local y la distribución de sus productos.
El decrecimiento en la constitución de cooperativas puede ser atribuido a varias causas:
1. Condiciones económicas y financieras: La situación económica actual puede haber influido en la decisión de crear nuevos proyectos cooperativos. La carencia de financiación, el aumento de los costes de vida y la incertidumbre económica pueden desincentivar grupos promotores ilusionados.
2. Carencia de conocimiento y formación: La creación de una cooperativa requiere un conocimiento específico sobre su gestión y funcionamiento. Es necesario incluir la economía social y las empresas cooperativas en los currículums educativos.
3. Las normativas y los procesos burocráticos para registrar una cooperativa pueden ser vistos como un obstáculo. Si bien son tan sencillos como los de cualquier otro tipo de empresa, el desconocimiento de las gestorías en cuanto a los trámites de constitución y funcionamiento que éstas desaconsejen su creación.
4. Falta de apoyo institucional en todos los ámbitos: local, autonómico y estatal.
Retos y oportunidades:
- Concienciación y Formación: La creación de cooperativas requiere un conocimiento adecuado sobre gestión, finanzas y cooperativismo. Los planes de formación de las organizaciones son imprescindibles para la gestión y funcionamiento de las cooperativas.
- Financiación, sostenibilidad y viabilidad económica: La confianza de las entidades bancarias en los proyectos cooperativos es esencial para su mantenimiento y desarrollo económico. En este sentido, los productos de banca ética que coinciden con los valores del cooperativismo en cuanto a justicia social y sostenibilidad son una oportunidad para las cooperativas y un apoyo imprescindible.
- Adaptación a las necesidades del mercado: Las nuevas cooperativas tienen que ser capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado y a las preferencias de los consumidores, especialmente en sectores como el cultural, el turístico y el de la vivienda.
- Fomento de cooperativas en sectores estratégicos como la energía renovable, la alimentación, el cuidado de personas, la digitalización, el turismo sostenible y la vivienda cooperativa.
- La creación de microcooperativas en el sector sociocultural fomenta la diversidad y la riqueza cultural en nuestra comunidad, así como la cohesión y la identidad local.
- Las cooperativas de explotación comunitaria de la tierra tienen el potencial de promover prácticas agrícolas sostenibles, cada vez más valoradas por los consumidores, lo que significa abrir nuevas oportunidades de mercado y contribuir a la seguridad alimentaria local.
- Las políticas públicas que fomentan el cooperativismo, a través de subvenciones o formación, pueden facilitar la creación y consolidación de nuevas cooperativas. El apoyo de las administraciones puede ser un factor clave para su éxito.
- Crecimiento de la Economía Social: La tendencia global, que empezó durante la crisis sanitaria de la COVID, hacia modelos de negocio más sostenibles y equitativos puede beneficiar las cooperativas, puesto que cada vez más personas buscan alternativas que prioricen el bien común sobre el beneficio individual.