Tal y como podemos apreciar en los gráficos, las cifras de depósitos y de créditos de las entidades financieras han seguido una evolución diferente en el año 2022. Mientras los depósitos han continuado en aumento, aunque éste se haya ralentizado, logrando un nuevo récord histórico; el volumen de los créditos vigentes a finales del año ha bajado respecto a los dos anteriores que habían tenido un fuerte incremento debido a los efectos de la pandemia.

La consecuencia directa de esta dispar evolución consiste en el mayor apalancamiento de los créditos sobre los propios depósitos captados por las entidades crediticias tomadas en su conjunto, es decir, un mayor equilibrio entre depósitos y créditos de las instituciones que tendrían por misión principal la de ayudar a coordinar el ahorro de una personas y las inversiones de otras, en este caso de Balears, donde han ido confluyendo, lo que significa que al final del período prácticamente todo el crédito vivo existente permanecía financiado por los depósitos agregados.

Las causas de las subidas de las cifras de los depósitos en los últimos años habría que buscarlas en el marco poco inflacionario en que hemos estado viviendo, pero a partir de 2021 éste ha ido cambiando por una tasa de inflación al alza, lo que consecuentemente repercutirá en las futuras tasas de ahorro que nutren los depósitos, ya que un entorno o perspectiva inflacionaria poco ayuda a estimularlo.
Como sabemos, los depósitos están constituidos por parte del ahorro generado, fruto de la renta disponible no dedicada al consumo. Por lo tanto, a mayor renta, mayor ahorro y en un determinado nivel de renta, que los precios suban determinará tener que dedicar más recursos al consumo y por tanto una menor capacidad de ahorro, aunque más pronto o más tarde tengamos el efecto secundario de una subida de los tipos de interés con el fin de disminuir la inflación que, al retribuir mejor los depósitos, constituye un aliciente para ahorrar más.

Por otra parte, la aparición de la inflación, seguida del incremento de los tipos de interés con el fin de atajarla, sumada a un entorno de mayor incertidumbre política debida a los conflictos bélicos, ha tenido una influencia directa en la bajada del volumen de los créditos concedidos por las entidades financieras, tanto por la amortización parcial de los préstamos en vigor, como por la menor demanda de nueva financiación por parte de empresas y particulares al desistir de inversiones en nuevos proyectos o demorar su ejecución, aunque en el ejercicio de 2022 se hayan recuperado con creces la actividad económica y los beneficios empresariales.

Si hallamos las cifras de crédito y de ahorro per cápita de Balears al finalizar 2022 y las comparamos con el resto de comunidades autónomas de España, resulta que el crédito y depósito medios per cápita de Balears que alcanzan las cifras de 26.821 y 26.459 euros respectivamente, aparte de ser muy similares, están un poco por encima de la media nacional, si nos referimos a los créditos y un 16,37% por debajo, si a los depósitos. Esto significa que, al ahorrar menos, en Balears estamos utilizando recursos procedentes de otras comunidades para poder realizar las inversiones.

Considerado desde la perspectiva de las instituciones financieras, en general los desequilibrios entre incrementos de depósitos y de créditos en favor de los primeros, o más aún los aumentos de los depósitos de clientes, mientras disminuye el volumen de los créditos concedidos, les crea un excedente de recursos que deberán invertir fuera de este circuito si quieren conseguir una retribución. Con mayor riesgo y vulnerabilidad cuando ya no hay correlación entre los plazos de los depósitos y de los créditos, al haber entrado los bancos en el mercado hipotecario y suprimido los depósitos a plazo, circunstancia que compele a estas entidades a precisar una dirección más diligente y rigurosa.l