Estamos a las puertas de la temporada turística de 2022, y en Riu somos optimistas. En 2021 hemos vuelto a sufrir mucho por culpa de la pandemia y todo lo que ha supuesto por la apertura y cierre de fronteras, normativas cambiantes y nuevas variantes. A pesar de todo, hemos regresado a beneficios después de un año 2020 para olvidar. Pensamos que 2022 será un ejercicio con un buen nivel de actividad. Así lo apuntan las ocupaciones en nuestros destinos internacionales y las previsiones que hacemos para los hoteles de Mallorca. No obstante, la guerra en Ucrania representa otro factor de incertidumbre muy importante.

En cualquier caso, la rentabilidad no podrá recuperarse. Este año, en general, no nos podemos permitir subir los precios porque los clientes no pueden asumirlo. Por lo tanto, no vamos a poder trasladar el aumento espectacular de los costes de todo tipo de materias primas y de la energía que se ha producido ya. Tampoco vamos a bajar la calidad de la oferta. El huésped nos conoce muy bien y sabe perfectamente lo que espera de Riu durante su estancia. Eso significa que el sobrecoste se cargará en el margen de beneficio. Por lo tanto, esperamos un buen nivel de actividad, lo que es una buenísima noticia para todos por el empleo y el impacto positivo en la oferta complementaria, pero no esperamos recuperar niveles de rentabilidad preCOVID.

Pero no quería detenerme a hablar solo de ocupaciones y costes. Quería más bien detenerme a hablar de sostenibilidad porque, sea como sea la recuperación, más rápida o más lenta, más estable o con más altibajos, va a llegar y la sostenibilidad va a ser una de las claves.

Al hablar de sostenibilidad, la pandemia ha traído cosas muy buenas y también ha supuesto pasos atrás. La pandemia nos ha dejado tiempo para pensar en el futuro, para hablar de circularidad, ha acelerado procesos de digitalización, pero al mismo tiempo nos está obligando a centrar los esfuerzos en la supervivencia inmediata de las empresas.

Ahora mismo, los hoteleros, sobre todo los independientes y las pequeñas cadenas, están preocupadas por poder reabrir, reincorporar a sus empleados y cubrir sus deudas. Todos sabemos que la sostenibilidad empieza por la viabilidad económica. No puede existir la primera sin la segunda.

La nueva ley turística que ha anunciado el Govern balear va en la buena dirección. Encuentro acertado el análisis de partida porque hace años que desde Riu creemos firmemente que la sostenibilidad involucra el medio ambiente, al cliente, a los empleados y a la comunidad y desde este enfoque es desde el cual el Govern de las islas proyecta el cambio legislativo. Pero las instituciones públicas baleares también son protagonistas del cambio y deben hacer su parte. Nuestra sede está en la comunidad líder en hotelería vacacional y todos los agentes podemos liderar ahora la innovación en la forma de hacer negocio turístico y cómo este impacta en el entorno y en las personas.

Hace muchos años que los empresarios hoteleros estamos implantando medidas de sostenibilidad. Nosotros ya estamos buscando la eficiencia en el gasto energético y el agua, hemos invertido en cambios ergonómicos para los empleados y hemos arrancado proyectos de reducción de CO2. No se trata de sacar pecho por lo hecho. Somos conscientes de lo que falta por hacer. Lo que reclamamos es una mirada más amplia, verdaderamente ambiciosa. Para que haya una verdadera reconversión del sector se tienen que implicar a muchos más agentes. Existe una gran oportunidad con los fondos Next Generation. Ojalá seamos capaces de aprovecharla.l