Cada año, al inicio de la nueva temporada, recibo la visita de un distribuidor especializado en organizar eventos en los diferentes y numerosos espacios, especialmente fincas rústicas, que han ido surgiendo por toda la isla, por cierto cada vez me sorprende más la cantidad de celebraciones de todo tipo, y especialmente bodas, de gente que escoge Mallorca para festejarlo: ¡bienvenidos sean! Me contaba mi interlocutor los problemas que le han ido surgiendo, especialmente después de la pandemia y lo resumía todo en una sola frase: “La gente no ve más allá de los límites de su finca” y lo comparaba con su experiencia anterior en el País Vasco, donde, comparaba, la gente tenía una visión más global y no tan de “su corralito” (sic), como tenemos los mallorquines, me decía. Su comentario me dio a pensar en uno de los temas que de manera más recurrente se da en el mundo del vino isleño, la necesidad de unificar todos los esfuerzos en una sola denominación y dejarnos de tantos “corralitos”.

En estos momentos en Mallorca se puede elaborar vino con dos denominaciones de origen y tres indicaciones geográficas, que son Binissalem y Pla i Llevant en el caso de las denominaciones de origen y Vi de la Terra Mallorca, Vi de la Terra Illes Balears y Vi de la Terra Serra de Tramuntana-Costa Nord, en el de las indicaciones geográficas protegidas. Esto en una superficie, a partir de ahora emplearé los datos del excelente informe que publica cada año el IQUA, (Diagnosi 2021) de 1.856 hectáreas, y una producción de 27.773 hl de vino con denominación VT Mallorca, 12.639 hl Pla i Llevant, 7.670 hl Binissalem, 4.471 hl VT Illes Balears y 70 hl VT Serra de Tramuntana-Costa Nord (IQUA Diagnosi 2021), cantidades todas ellas muy modestas si las comparamos con otras zonas vinícolas de España. Y ahí surge la gran pregunta, ¿tiene sentido tener cinco denominaciones para el vino de Mallorca? ¿No valdría más unir esfuerzos en una sola denominación? Y mi respuesta es clara y ya conocida, una sola denominación Mallorca en la que podamos volcar todos nuestros esfuerzos promocionales, tanto públicos como privados y evitemos dividir los recursos y las actividades. Siguiendo con los datos que nos ofrece el Institut de Qualitat Alimentària de la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Alimentació del Govern de les Illes Balears, el 19% del vino se exporta, y es en la exportación donde encontramos una de las oportunidades más significativas de crecimiento. En todas las ferias internacionales del sector que hemos asistido hemos comprobado el potencial del nombre de Mallorca, como la gente al ver un cartel con nuestro nombre se para a mirar y a entablar conversación. Y en lugar de aprovechar este potencial, dividimos esfuerzos entre cinco denominaciones o indicaciones, como quiera llamársele. No sería mejor y más productivo ir todos bajo el amparo del nombre que nos une: Mallorca.

Mallorca es por sí mismo un nombre con suficiente prestigio y reconocimiento para amparar todo el vino de la isla. ¿Se imagina alguien que en el territorio de Rioja, la más conocida de todas las denominaciones de origen de España con más de 52.000 hectáreas de viñedo y más de 2.200.000 hl de elaboración de vino cada año, existieran, 40 o 50 indicaciones? Nadie en su sano juicio defendería una situación como esta, todos sabemos la fuerza y el empoderamiento que la unión de los vitivinicultores riojanos les ha dado. Lo mismo necesitamos en Mallorca, y no me cansaré de repetirlo, unión en una sola indicación. Dejemos de corralitos, como decía al principio de este artículo mu buen amigo, y de intereses egoistas, tengamos visión de futuro y seamos capaces de anteponer el bien común al egocentrismo de aquellos que defienden solo sus intereses particulares, creyendo, equivocadamente, que así en la división, se protegen mejor de la competencia, sin ser capaces de ver que la competencia es la que ha elevado el nivel del vino de la isla y nos ha llevado a ganar premios y distinciones que hace 25 años nadie habría osado pensar, y que al final estos premios quien los gana es el vino de Mallorca, que el prestigio de un vino elaborado en la isla nos favorece a todos.l