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El yesero madrileño, Modesto Aceituno, fue asesinado el 24 de marzo de 1988 en un piso de la calle Escultor Galmés de Palma. Mantenía relaciones con Celia González, que estaba tramitando el divorcio de su esposo, y fue la persona que halló el cadáver. Sobre las 13.00 horas, Celia acudió al domicilio de su amante para ver si estaba todo en orden, ya que le había robado en dos ocasiones. Al ver la luz de la vivienda encendida y la puerta entornada comenzó a sospechar que ocurría algo extraño. Y así fue. Encontró a Modesto en el suelo del dormitorio sobre un charco de sangre.

El Grupo de Homicidios investigó el caso y se detuvo al esposo de Celia, que a los cinco días fue puesto en libertad por falta de pruebas. La mujer también fue investigada, pero tampoco se encontraron pruebas contra ella. Un dato que llamó la atención a la Policía fue el hecho de que Modesto se encontraba en la cama cuando su asesino llamó a la puerta del piso. La víctima le abrió y, cuando se quitaba el jersy del pijama, fue apuñalado.