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Los sindicatos UGT, CCOO y USO y el Comité de Empresa del Casino de Mallorca defendieron hoy el traslado de esta infraestructura, ubicada en Calvià, al Centro Comercial Porto Pí de Palma, ya que los estudios que la empresa ha realizado prevén «un incremento de la plantilla en un 25 por ciento», mientras que los seis millones de euros que se invertirán «supondrá un incentivo para otros sectores económicos».

En un comunicado, apoyaron la resolución dictada el pasado 23 de diciembre de 2009 por la Dirección General de Interior del Govern, mediante la cual se autoriza el traslado del casino, debido a que, a juicio de los citados sindicatos, es «imposible» mantener los 140 empleos fijos actuales y los 10 trabajadores de contratas de seguridad y limpieza con la actual localización de esta infraestructura en Calvià, donde ha ido «perdiendo ingresos en los últimos años».

Así, indicaron que esta tendencia se ha ido «agudizando todavía más con la actual crisis económica», teniendo en cuenta que en los últimos años los ingresos de los casinos de Baleares «han descendido un 18 por ciento», ya que mientras en el año 2000 había en las islas 6.093 máquinas recreativas de tipo B y 101 salones de juego, esta cifra ha aumentado a 7.199 máquinas B y 154 salones en 2008.

«Si nuestra empresa Casino de Mallorca no toma medidas urgentes, será la crónica de una muerte anunciada con las consecuencias nefastas para los trabajadores y sus familias, así como para el valor añadido que representa esta infraestructura de cara al turismo en la isla», advirtieron UGT, CCOO y USO.

Por ello, destacaron las «importantes ventajas» del traslado del casino al centro comercial Porto Pí, en Palma, debido a que se encuentra al final del Paseo Marítimo, que es la «zona principal de ocio de la ciudad, debido a que se encuentra situada a muy pocos metros de los mejores hoteles, que tienen los mayores niveles de ocupación en temporada media y baja y a los que acuden hombres y mujeres de negocios».

Asimismo, resaltó que Porto Pí es un sitio «visible», mientras que su ubicación y las comunicaciones son «adecuadas y fáciles», por lo que, en su opinión, el turismo y las personas de negocios podrán «visualizar y visitar con mucha más facilidad y accesibilidad que en estos momentos».

Por otro lado, remarcó que el traslado del casino tendrá también «ventajas importantes» para la sociedad mallorquina, debido a que el incremento de la actividad de esta instalación supondrá una «gran contribución económica a las arcas de la Comunidad Autónoma, dado que

el 61 por ciento de los ingresos brutos se dedican a impuestos».

Los citados sindicatos y el Comité de Empresa recordaron que el traslado del Casino de Mallorca a Palma «no es casual», ya que a nivel estatal la mayoría de casinos que comenzaron fuera de las ciudades «se han trasladado o están en trámites de hacerlo al interior de las mismas, si es que se quiere que estas empresas continúen abiertas y mantengan los puestos de trabajo».

Por otra parte, criticaron que el «ruido que se está montando» perjudica, en su opinión, al Casino de Mallorca y, por tanto, «a sus trabajadores», cuya opinión debe ser «la que más se tenga en cuenta», ya que, según recordaron, son personas con sus familias, que «se están jugando sus salarios y empleos». Así, censuró a aquellos colectivos que están «protestando» por el cambio de ubicación, a los que acusó de «pretender presionar al Govern de cara a la futura Ley del Juego Balear».

En esta línea, UGT, CCOO y USO recordaron que la experiencia de los casinos de Barcelona o Zaragoza «nos dice que no provocó en su día cierres de bingos o salones, ni pérdida alguna de empleo en estas ciudades», mientras que el actual traslado de Alicante y Valencia «no ha provocado controversia alguna».

LA OPOSICION AL TRASLADO

Precisamente, las Asociaciones del Juego en Baleares, Acomam, Asba, Aesbi y Sareiba, presentaron el pasado 22 de enero ante la Dirección General de Interior un recurso potestativo de reposición en contra de su resolución dictada el pasado 23 de diciembre de 2009, que autorizaba el traslado del Casino de Mallorca a Palma.

Así, estas asociaciones, que representan a los salones del juego, los bingos y las máquinas recreativas instaladas en bares y restaurantes, defienden la paralización del traslado hasta que el Parlament apruebe una ley autonómica reguladora del juego, mientras que, por otro lado, critican que no se ha convocado un concurso público para la gestión del casino en Porto Pí.

El adjunto a la presidencia de la Asociación de Empresarios de Salones Recreativos de Baleares (Sareiba), Miquel Àngel Riera, ya ha advertido de que las arcas de Baleares dejarán de ingresar más de 21 millones de euros tributados por las salas de juego, los bingos y las máquinas recreativas instaladas en bares y restaurantes, en caso de que se traslade el casino

Riera recuerda que los citados sectores del juego recaudan anualmente el 90 por ciento de los impuestos que paga el juego privado en Baleares (53 millones de euros), por lo que si se traslada el Casino de Calvià a Palma, «esta aportación a las arcas de la Comunidad Autónoma se limitará a entre 32 y 35 millones de euros».

Asimismo, señala que esta decisión puede suponer la pérdida de entre 400 y 500 empleos de los 2.000 existentes en el sector del juego, al tiempo que también podría provocar el cierre de la mitad de los siete bingos existentes en Palma y de 20 o 25 salones recreativos de los 60 actualmente operativos en la capital balear.

Por su parte, la Asociación de Comercios Turísticos de Mallorca (Acotur) también se opone al traslado por las «graves pérdidas económicas» que tendrá para Calvià, donde, según advierte, se verá afectada la oferta complementaria, sobre todo, el sector del taxi.

Mientras, la Conselleria de Interior defiende su decisión de autorizar el traslado a Palma, ya que contó con los «informes técnicos y jurídicos favorables», si bien se ha comprometido a estudiar el citado recurso potestativo de reposición.