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Centenares de vecinos de Mancor volvieron a congregarse ayer, día de Sant Antoni, para admirar el descenso -desde lo alto del campanario hasta una cabaña situada en la plaza- del cuervo 'Rasputín'.

El vuelo de 'Rasputín' rememora el episodio según el cual unos cuervos alimentaron a Sant Antoni y Sant Pau cuando estos estaban en el desierto. Los cuervos habrían impedido que los dos santos murieran de hambre.

Por este motivo, 'Rasputín' desciende -convenientemente sujetado a una cuerda que trazaba el recorrido- con algo de pan. El vuelo apenas duró quince segundos. Al arribar a la cabaña, hecha con ramas de pino y encina, los dos santos lo sujetaron, le dieron de comer e intentaron que se tranquilizara. 'Rasputín', que fue capturado en un nido del Puig de Sant Nofre, en Sant Joan, ya tiene casi 33 años. Su propietario explicó que el animal «ha envejecido bastante, y se nota». Antes se utilizaba un cuervo disecado. Tras el vuelo del cuervo los se celebraron las beneïdes.