Gennadios Petrov, fuertemente escoltado por guardias civiles durante su detención en Mallorca. | Julio Bastida

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Gennadios Petrov, el magnate ruso al que el juez Garzón considera jefe de la mafia de aquel país, regresó ayer por la tarde a su mansión de Sol de Mallorca (Calvià), tras salir de prisión y quedar en libertad provisional.
El potentado ruso, que sostiene que tiene problemas de salud que se han agravado con su paso por la cárcel, deberá comparecer dos veces al día ante la Guardia Civil o la policía. Petrov se instaló ayer en su lujoso chalet sobre el acantilado de Sol de Mallorca, el mismo que en 2008 fue asaltado por decenas de guardias civiles, que lo arrestaron en el transcurso de la 'operación Troika', coordinada por el juez Baltasar Garzón.
Soy inocente
Este periódico contactó ayer con personas del entorno de Petrov, que insistieron en que el acaudalado hombre de negocios «no se cansa de decir que es inocente y no es, ni mucho menos, el jefe de la mafia rusa», tal y como sostienen las autoridades españolas. El magnate está acusado de un delito de corrupción de funcionarios públicos en su país y en los próximos días está previsto que una comisión judicial, formada por el fiscal anticorrupción de Madrid José Grinda González, el fiscal de Palma Juan Carrau, y los abogados de Petrov, se trasladará a Moscú para tomar declaración a Anton, el hijo del millonario ruso. Las mismas fuentes del entorno de Petrov se han quejado de que a pesar de que está en libertad provisional, su mansión de Calvià sigue vigilada, presumiblemente «por agentes del CNI y de la Guardia Civil». «Hace unos días intentaron arreglar el ascensor del señor Petrov, y no parece que fueran trabajadores normales. Días atrás también cuatro hombres estuvieron vigilando la casa de noche», añadieron. La calle del magnate está plagada de cámaras de seguridad, que registran la mayoría de movimientos «sospechosos».