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«No haremos casas sin que se produzcan accidentes», afirmó ayer José Antonio Otero Cerezo, presidente de la Fundación Musaat y del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, en el marco de las jornadas Prevención, Seguridad y Salud en la Edificación, que se celebran en la sede de servicios centrales de Sa Nostra Caixa de Balears en Son Fuster.
A juicio de José Antonio Otero es necesario industrializar la construcción para reducir los ratios de siniestralidad en materia de calificación de la mano de obra y estandarización de procesos. «En la industria la gente tiene un puesto de trabajo concreto y un oficio concreto, mientras que en la construcción la mano de obra es menos cualificada y realiza diversidad de trabajos, no coge un hábito concreto», afirmó el presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España.
«Los sindicatos afirman que los ritmos de trabajo también inciden en la siniestralidad laboral y sin duda influyen», afirmó José Antonio Otero. «Otra que cosa que se podría hacer es renovar el parque de maquinaria existente, para incrementar la seguridad y mejorar la formación de los trabajadores, por eso es importante la Labor que realiza la Fundación Laboral de la Construcción», afirmó el presidente de la Fundación Mussaat.
Como presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica, Otero constató que la construcción residencial está «paralizada» en España como consecuencia de la crisis económica y de la debilidad de la demanda. Otero estimó que el sector podría tardar dos años en comenzar una reactivación.
Jornadas
José Antonio Otero realizó estas consideraciones en el marco de la jornada Prevención, Seguridad y Salud en la Edificación, organizadas por la Fundación Musaat, en la que participan diferentes agentes que trabajan en el ámbito de la seguridad laboral. Musaat es una compañía especializada en seguros de responsabilidad civil de la construcción. «Tenemos la práctica totalidad de los seguros de responsabilidad civil de arquitectos y aparejadores, así como de los seguros decenales de los promotores».
Como se recordará, la LOE (Ley de Ordenación de la Vivienda) obliga a los promotores a suscribir un seguro decenal sobre las viviendas que construye, que garantiza durante un periodo de diez años todos los daños producidos por vicios o defectos de la construcción, y que afectan de manera directa a la resistencia del edificio.
A juicio de Otero, el Gobierno debería introducir los seguros trienales que dieran cobertura a eventuales fallos en los acabados e instalaciones. «Esos seguros beneficiarían más al consumidor, aunque es cierto que encarecerían el precio de la vivienda», afirmó Otero.