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Las presiones para que dimita el primer ministro de Irlanda del Norte, Peter Robinson, siguieron creciendo ayer cuando David Trimble, ex responsable del Ejecutivo de la provincia, dijo que esperaba su dimisión en los próximos días tras un escándalo de su esposa. Trimble dijo que Robinson, líder del Partido Unionista Democrático (PUD), que insiste en que defenderá su puesto tras las revelaciones sobre las finanzas de su familia, había perdido autoridad dentro del partido.
También pidió ayer el reverendo David McIlvee pidió que Robinson se retire temporalmente hasta que resuelva sus problemas familiares. McIlvee es un sacerdote de la Iglesia Libre Presbiteriana, pero sobre todo es una persona muy cercana a Ian Paisley, fundador tanto del PUD como de la propia iglesia protestante a la que pertenece McIlvee.
Un programa de televisión de la BBC cuestionó la semana pasada que Robinson no haya contado a las autoridades que su esposa, también miembro del Parlamento, no declaró 50.000 libras recibidas de dos personas. El dinero fue usado para ayudar a abrir una empresa a un hombre con el que tenía una relación, dijo la BBC.
«Si va a luchar para limpiar su nombre, el lugar para hacerlo es desde los escaños de detrás», dijo Trimble, ex líder del Partido Unionista del Ulster y premio Nobel de la Paz.
«Tener una situación en la que el líder del partido ve cómo su mujer es expulsada del partido y lo acepta muestra que ha habido una pérdida de autoridad completa», dijo. Iris Robinson, la esposa del primer ministro norirlandés, renunciará a todos sus cargos políticos tanto en el Parlamento de Belfast como en el de Londres, anunciaban ayer medios locales.