El atentado ha sembrado el terror en Bagdag.

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Un triple atentado registrado ayer en las proximidades de varios hoteles del centro de Bagdad causó al menos 38 muertos y más de setenta heridos, en un nuevo hecho de violencia que las autoridades atribuyen al grupo terrorista Al Qaeda.

Las explosiones sucesivas, con pocos minutos de diferencia, se produjeron cerca de los hoteles Sheraton, Palestina, Babel y Hamrá, los dos primeros muy próximos, en la céntrica plaza de Fardús, y los demás en otras zonas del centro de la capital.

Según fuentes policiales, los artefactos que estallaron consistían en coches-bomba conducidos por suicidas.

Las áreas de la capital atacadas se encuentran cerca de la llamada «zona verde», que cuenta con especiales medidas de seguridad y que alberga a varios ministerios y embajadas.

Además de la víctimas, las explosiones causaron fuertes daños materiales en los hoteles mencionados. La zona fue acordonada por agentes policiales para realizar las investigaciones y facilitar el traslado de los heridos.

Las sospechas oficiales apuntan al grupo terrorista Al Qaeda, teniendo en cuenta que el método utilizado es parecido al de otras acciones terroristas de esa organización, según el asesor del Consejo de Ministros de Irak Saad al Mutalbi.

El atentado se produce semanas antes de las elecciones parlamentarias del próximo 7 de marzo, de las que saldrá la próxima coalición gobernante en Irak.

Las autoridades iraquíes ya han advertido que según se acerque la fecha de las elecciones hay mayores riesgos de atentados, sospechas que se confirmaron hoy.

El diputado iraquí Alaa Maki acusó a las fuerzas de seguridad iraquíes, que describió como «no organizadas y carentes de equipos adecuados», de ser los responsables de los atentados de h por no hacer lo suficiente para asegurar la seguridad en la capital.

Según Maki, la zona donde ocurrieron los ataques muestra que hubo «infiltraciones» dentro de las fuerzas de seguridad, ya que este área, cercana a la fortificada zona verde, está bien asegurada.

Los atentados de ayer son los más graves desde los perpetrados en Bagdad el pasado 8 de diciembre, que causaron 127 muertos y unos 450 heridos. En esa ocasión hubo cinco ataques, cuatro de ellos cometidos por suicidas que conducían coches-bomba.

Si en esa ocasión los objetivos principales eran edificios públicos, en esta ocasión los blancos han sido hoteles del centro de la ciudad.