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Las desaparición de un ser querido provoca angustia, dolor y una desesperación mayúscula.

En Mallorca, el número de desaparecidos anualmente es muy elevado, pero también, los cuerpos de seguridad del Estado cuentan con una altísimo porcentaje de resultados positivos de búsqueda.

En lo que llevamos de año, hasta el mes de noviembre de 2009, el Cuerpo Nacional de Policía, recibió un total de 128 denuncias de personas desaparecidas. De las mismas, un total de 122 han sido localizadas con vida. Dos de ellas aparecieron muertas, por distintas causas, dos más prosiguen las investigaciones policiales de búsqueda abiertas y una última víctima está considerada de máximo riesgo. Finalmente, según fuentes policiales a las que ha tenido acceso Ultima Hora, una persona fue localizada y detenida en Japón a raíz de una denuncia de desaparición presentada en Mallorca.

En los datos facilitados, la policía no contabiliza la desaparición de menores fugados de centros de internamiento juveniles.

Las cifras facilitadas en torno a las desapariciones son muy similares a las registradas años atrás. Sin embargo, cabe destacar que el 2006 fue un año trágico y de los 131 desaparecidos, un total de seis personas aparecieron muertas.

La policía tiene establecido un protocolo de actuación y el número de resultados positivos es muy elevado. A pesar de ello, es importante recordar que cualquier persona tiene el derecho de marcharse de su casa voluntariamente, no comunicárselo a nadie y no regresar. En el caso de ser localizado por la policía, los agentes preguntarán al desaparecido si quiere que comuniquen a sus familiares su paradero. Si la respuesta es negativa, las fuerzas de seguridad deberán mantener oculta su localización y no podrán facilitar información a sus seres queridos.

Los casos de Margalida Bestard, Jaqueline Tennant, Miquel Àngel Valls, Ana Eva Guasch, Juan Manuel Del Toro y otros más, se han convertido en las excepciones de un brillante trabajo policial.

En los últimos cinco años, en Mallorca el número de denuncias presentadas por desapariciones ascendió a más de 620. Para los familiares de los desaparecidos la esperanza es lo único que no se pierde. «Mientras no me enseñen el cadáver de mi hijo seguiré pensando que algún día volveré a verlo», afirmaba Andreu Valls, padre del joven palmesano desaparecido Miquel Àngel Valls.