Un detenido en la Jefatura de Policía se quita las esposas, huye y es interceptado en la puerta

El ladrón, que es un joven de nacionalidad española, fue arrestado por un robo en un local de la Plaza Navegación, cerca de la Plaza de Cort. Siguiendo el protocolo habitual en estos casos, el joven fue trasladado a las dependencias policiales de la calle Simó Ballester (antes llamada Ruiz de Alda) y se le recluyó en un cuarto próximo a la oficina de denuncias, en la primera planta.

Esposado
La regla habitual es que los arrestados son engrilletados a una barra, mientras se agilizan las primeras diligencias sobre su filiación y se rellena el acta de detención. A continuación, los acusados ingresan en los calabozos.

Sin embargo, en cuanto el joven fue esposado y se quedó sólo comenzó a quitarse, poco a poco, los grilletes. Al parecer, tenía las muñecas muy finas y el agente que le colocó las bridas no apretó demasiado. El muchacho consiguió al final quitarse los grilletes y se encontró con que la puerta de la habitación, que normalmente está cerrada con un pestillo, estaba abierta. Así que empezó una veloz huida por los pasillos, que desembocó en el control de la entrada de la Jefatura, donde por fin fue descubierto por los funcionarios de guardia.

Sin embargo, el ladrón consiguió burlarlos por algunos segundos y llegó a las escaleras de la calle. Cuando se disponía a enfilar Simó Ballester otros agentes se sumaron a la persecución y le dieron caza allí mismo.

El acusado quedó recluido en los calabozos y de camino a las celdas fue estrechamente vigilado, para que no intentara otras fugas. Las fuentes consultadas indicaron que el Cuerpo Nacional de Policía ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias en las que se produjo la huida del sospechoso. Los policías que estaban esa noche al cargo de los detenidos serán citados a declarar en el transcurso de las diligencias internas.