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Cuevas o balmes (abrigos en la roca) son, de momento, los únicos lugares donde se sabe que hubo ocupación prehistórica en Cabrera. A falta de excavaciones que pudieran certificarlo, por ahora no se han encontrado restos arqueológicos de estructuras arquitectónicas que permitan a los expertos conocer si allí hubo poblados al aire libre. Un trabajo de investigación recién publicado en la revista Endins recopila la información desperdigada hasta ahora sobre este asunto y ofrece Noves aportacions al coneixement de la cabrera prehistòrica (Illes Balears). El trabajo lo firman de un grupo de arqueólogos y personal del Parc Natural: Miquel Trias, Damià Ramis, Mateu Riera, Pere Llovera, Joan Salom y Maria Magdalena Riera.

Para poner al día los datos ya existentes, los arqueólogos repasaron «uno a uno sobre el terreno» los lugares donde se tenía conocimiento de que había surgido algún resto cerámico, explica el arqueólogo Mateu Riera. Estos 12 lugares son: Clot des Guix; Pla de ses Figueres; Canal de s'Aigua; Cova de n'Ensiola; Cova del Penyal Blanc o Cova del Mort; Cova des Francesos o de L'Olló; Extracción de marés; Sudeste del Pla de ses Figueres; Cala Santa Maria; Cova des Burrí; Punta de sa Corrent y Penyal des Burrí.

Con este análisis de campo y conde los materiales arqueológicos que se conocen, elaboraron el mapa prehistórico de Cabrera con el resultado de 12 lugares o asentamientos en cuevas o abrigos en la roca donde una de las constantes es la presencia de agua, que en las cuevas se recogía «por goteo», apunta el arqueólogo Damià Ramis, quien señala que otra de las aportaciones de este trabajo ha sido documentar que la ocupación «fue muy larga en el tiempo, aunque no sabemos si continua o esporádica», es decir, si la isla era un lugar de residencia para los prehistóricos o si acudían allí de vez en cuando, por ejemplo, en busca de pasto para los animales. «Sin excavaciones sistemáticas resulta muy difícil interpretar si el poblamiento fue estable o esporádico», concluyen ambos investigadores. Lo que sí tienen claro es que este trabajo «abre un abanico de posibilidades de investigación».