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«Los negocios especializados -incluyendo los negocios de fondos inversión, seguros y financiación especializada- serán gestionados de forma centralizada desde la unidad de negocios especializados, dentro de la Dirección Financiera de la Sociedad Central -Banca Cívica-, que será responsable de la originación de productos (de forma directa, a través de filiales o mediante acuerdos con terceros) con el objetivo de tener un catálogo único de productos para todo el grupo», según establece el Plan Estratégico de Integración suscrito por Caja Navarra (CAN) y Caja Canarias y que están estudiando los consejos de administración de Caja Burgos y de Sa Nostra.
Unió Obrera Balear, sindicato mayoritario en la caja de ahorros que ha difundido un extracto del protocolo, denuncia que el acuerdo de integración de estas cuatro cajas mediante la firma de un SIP (Sistema de Protección Institucional) es una fusión «en toda regla» que, de momento, supondrá la transferencia a la nueva sociedad, que operará como un grupo económico consolidado, de las políticas de recursos humanos, una parte de los servicios centrales y la gestión de la red de oficinas ubicadas fuera de Balears.
Respecto a la transferencia de parte de los servicios centrales, el sindicato asegura que el propio director general de Sa Nostra, Pau Dols, afirmó en una reunión con el grupo de impositores de la caja previa a la última asamblea general que la plantilla de Son Fuster se reducirá desde 300 a 150 empleados.
En relación a la red de oficinas ubicadas en el exterior, principalmente en Catalunya y Comunitat Valenciana, la propia dirección de Sa Nostra confirmó que pasarán a ser gestionadas por la nueva sociedad, que operará bajo el nombre de Banca Cívica, mientras que Sa Nostra mantendrá su marca comercial en su «territorio natural», que es el archipiélago.
Unió Obrera lamenta que Sa Nostra Caixa de Balears sólo mantenga su marca comercial en las Islas, ya que afirman que ello impedirá su crecimiento individual en el futuro. Remarcan en este sentido que la CAN ha calificado como «territorio natural», en el que operará con su propia marca, las comunidades de Navarra, País Vasco, La Rioja y Aragón; Caja Burgos toda Castilla y León y Cantabria y Caja Canarias la totalidad del archipiélago, en el que todavía tiene potencial de crecimiento.
Temor
El sindicato teme que estos límites al crecimiento individual de Sa Nostra reduzcan paulatinamente su peso en la sociedad conjunta al contar con unos recursos propios menores. Unió Obrera expresa además su preocupación por el peso que tendrá Sa Nostra en los órganos de gobierno y accionariado de la nueva sociedad, ya que afirman que un estudio encargado por Caja Burgos establece una división del voto ponderado del 31,76 por ciento para la CAN, del 23,51 por ciento para Caja Canarias, del 23,23 por ciento para Sa Nostra y del 21,4 por ciento para Caja Burgos.
El sindicato cree que este acuerdo de integración está controlado por la CAN y que, ésta caja, junto con Caja Canarias, podrían dirigir el 'grupo económico consolidado' al sumar más del 50 por ciento de la sociedad.
Como se recordará, el consejo de administración de Sa Nostra acordó estudiar el Plan Estratégico de Integración y el contrato para la firma de este acuerdo SIP, un acuerdo que deberá ser aprobado en consejo de administración y elevado a la asamblea general de la caja, máximo órgano de la entidad financiera.
En estos momentos Sa Nostra ha constituido quince grupos de trabajo para estudiar las implicaciones de integración en las diferentes áreas. Fuentes cercanas a la caja indican que no hay nada decidido.
En todo caso, el director general de Sa Nostra, Pau Dols, afirmó en su momento que descartarán cualquier acuerdo que no garantice la identidad, los órganos de gobierno y la obra social de Sa Nostra en las Islas.