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La cumbre sobre el cambio climático de Copenhague se cerró ayer con un acuerdo de mínimos, que tuvo la oposición abierta y dura crítica de varios países como Venezuela, Nicaragua, Cuba o Bolivia.

Numerosas instituciones comunitarias y españolas han mostrado su decepción por el acuerdo de mínimos alcanzado en la cumbre del clima en Copenhague. La patronal europea, BusinessEurope, afirmó ayer que el acuerdo alcanzado en Copenhague perjudica a la industria de la UE, ya que no sienta las bases «para un terreno de juego global» en el que se limiten las emisiones de CO2.

En un comunicado, la patronal se muestra «decepcionada por el limitado resultado de Copenhague», ya que el acuerdo alcanzado no es de carácter vinculante ni pone cifras de compromisos en la reducción del CO2, está muy lejos de las expectativas generadas en torno a la mayor reunión sobre cambio climático de la historia y no fija objetivos de reducción de gases. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, fue más comedido y calificó de «bastante discretos» los resultados de la cumbre que concluyó sin un acuerdo vinculante.

El grupo de Los Verdes del Parlamento Europeo (PE) ha calificado el Acuerdo de «fracaso lamentable», y ha responsabilizado de éste a China y a EEUU, así como a la Unión Europea (UE) por no haber aumentado sus objetivos de reducción de emisiones. «La declaración política de Copenhague es totalmente insatisfactoria», dijo el grupo sobre el acuerdo alcanzado, que no es de carácter vinculante, está muy lejos de las expectativas generadas en torno a la mayor reunión sobre cambio climático de la historia y no fija objetivos de reducción de gases.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que estuvo presente en las deliberaciones durante toda la noche del viernes, manifestó su satisfacción por la resolución de la cumbre aunque señaló que hay que hacer más para enfrentar el cambio climático. También aseguró que intentarán tener pronto un texto vinculante y subrayó que éste es uno de los procesos negociadores más difíciles: «Es un buen comienzo porque se ponen los cimientos del primer acuerdo global... aunque no sea lo que todos esperábamos».

El texto fue apoyado por un número pequeño de países. Para que pudiera convertirse en un acuerdo de Naciones Unidas, debía ser adoptado por unanimidad por los 192 países presentes en la conferencia.