Alejandro Ciriza.

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Alejandro Ciriza (Pamplona, 1983) sigue a Rafael Nadal desde 2015 por todo el mundo. Sus crónicas en el diario El País no se ciñen exclusivamente a hablar de tenis sino que busca conocer más a los personajes de los que escribe. Ciriza acaba de publicar el libro ¡Vamos, Rafa! El fenómeno Nadal. No dar nada por perdido para ganarlo todo, editado por Conecta (Penguin House). En él desgrana la personalidad y los valores del mallorquín más universal de, por lo menos, el siglo XXI.

-¿Qué sensación tuvo después de la rueda de prensa de Nadal en Manacor donde anunció su ‘punto y aparte´?
Me parece que fue 100 por 100 Rafa. Fue muy consecuente con su forma de actuar y maniobrar. Rafa, además, es un maestro del suspense y del relato. Le gusta generar pequeñas intrigas en su discurso. Él dice: ‘Yo quiero hacer esto, pero no sé si será posible. Es muy difícil que vuelva a ganar, pero ¿y si gano?’. Fue una rueda de prensa muy realista porque como bien dijo Rafa ya no depende de lo que él quiera sino de su cuerpo.

-Al final la lesión ha sido más complicada de lo que se dijo.
A nosotros lo que nos transmitió Ángel Ruiz Cotorro en Australia es que Rafa tenía una lesión de grado 2 en el psoas ilíaco con un pronóstico de recuperación de entre cuatro y seis semanas. Tuvo en 2018 una lesión parecida, pero un poco más fuerte, grado 1 en vez de grado 2, de la que ya tardó más tiempo en recuperarse de lo que se dijo. A mí me sorprendió mucho cuando fue entrevistado en Movistar en el descanso de un partido de fútbol en el Santiago Bernabéu y dijo: ‘Me he hecho una avería muy grande. Me ha arrancado un trozo de tendón» por lo que ya se supo que la lesión era mucho más complicada de lo que se había dicho en un principio. De todas formas, Rafa es tremendamente celoso de su físico. Primero, por los propios temores que él tiene y, segundo, por la repercusión que se haga de una lesión suya. Su entorno trata, lógicamente, de suavizar las cosas y de ir sobre la marcha. Pero más allá de la lesión en sí, la afectación ha sido general. Esto le ha descompensado en apoyos, cadera, brazos...y todo eso añadido a la tralla que lleva Rafa en su cuerpo, pues lo complica todo más aún.

-¿Es bueno este descanso para dar descanso a otras partes de su cuerpo?
Sí y no. El descanso le puede ir bien para el pie, pero no para las rodillas. En la rueda de prensa Rafa ya dejó caer que la pandemia le afectó mucho en el tema físico.

-En el libro cuenta que recibió un email proponiéndole escribir sobre Nadal. ¿Quién se lo envió?
La editorial. Es un libro de encargo. Yo tengo 40 años y muchos periodistas, entre los que me incluyo, tenemos la idea de escribir un día un libro. Me gustaría hacerlo con mis vivencias, más subjetivo, pero con situaciones que he tenido y que creo que son interesantes para ser contadas. Pero eso era para más adelante. Llegó esta propuesta y lo dudé, pero al final acepté por el enfoque que quería la editorial que diese al libro; centrarlo en los valores que transmite Rafa. Es un libro dirigido a todo tipo de gente, pero sobre todo a la gente joven. Es un libro homenaje.

-¿No hay crítica en el libro?
No. El ánimo del libro es distinto. Si hubiese tenido la pretensión o la voluntad de escribir otra clase de libro se podría haber escrito porque Nadal es de carne y hueso y tiene tanto defectos como cualquiera. Hay intrahistorias que por el tono del libro no procedían. Y, por otra parte, Rafa es un personaje que tiene mucha aristas y muchos componentes muy atractivos a nivel deportivo y humano. Se ha hablado y escrito mucho sobre él, pero hay otras facetas que no se han tocado que serían muy atractivas.

-¿Cuándo fue su primer contacto con Rafa?
En el Masters 1000 de Madrid de 2013. Me lo presentó su jefe de comunicación, Benito Pérez-Barbadillo. Y la primera entrevista fue en el Masters de Londres de 2015, donde me abrió la puerta de su vestuario y estuvo muy atento.

-¿Qué es lo que más le sorprende de su carácter?
Su cercanía. Me parece que todo lo que se suele decir de él en cuanto a trato y profesionalidad se corresponde con la realidad y diría que la aumenta. Rafa es muy correcto y educado. No le he visto malos gestos con la gente de su equipo ni con los que le seguimos desde hace muchos años. Para mí en todo ello es fundamental la figura de su tío Toni.

-¿Y como tenista?
Su capacidad para encontrar pelea donde no la hay, pero sobre todo, es mejor tenista de lo que la gente piensa. E incluso me gusta más que Djokovic desde el punto de vista estratégico. Y luego hay un aspecto que se lo he visto a muy pocos y es su capacidad de generar energía en la pista y en la gente. Y fuera de la pista es un ‘beatle’ total y lo hace de forma muy natural y espontánea. Tiene a la gente en el bolsillo, está claro.

-¿Rafa hubiera sido Rafa sin su tío Toni?
Imposible, imposible. Hubiera sido un tenista bueno, pero ni una cuarta parte de lo que es. La figura de Toni me parece capital. El gran activo de Rafa es su cabeza y quien la ha amueblado es su tío, con el mérito también de Rafa, claro está.

-Toni Nadal ha escrito el prólogo y se deshace en elogios hacia usted.
Me sorprendió mucho. Yo le pedí que escribiera un prólogo, pero pensaba que iba a ser sobre Rafa. Me lo mandó cuando estaba en Australia y le dije que el protagonista del libro es Rafa, no yo. Me contestó que le apetecía hacerlo así y Toni es una persona que hace y dice lo que quiere.

-¿Cree que la relación de Toni y Rafa es diferente ahora?
Yo creo que inevitablemente se ha enfriado porque no hay ese roce diario, aunque se ven mucho en la academia. Pero por lo que me dice Toni casi nunca ve los entrenamientos de su sobrino salvo en contadas ocasiones como en el Masters de Turín del año pasado. Pero Rafa es plenamente consciente de la importancia que tiene Toni. Ahora Rafa no suele hablar de él por respeto a Carlos Moyà y Marc López, pero desde luego es consciente de que sin él no estaría dónde está. Y en el cambio hay un año de transición. Toni se va, pero no del todo y Rafa le llama. Luego ve que con Moyà las cosas van bien y ya interfiere menos. Y Rafa se ha hecho mayor y ha marcado algunas distancias porque ya no necesitaba que le dijera cómo tiene que golpear la derecha, por ejemplo.

-¿Ha sido el US Open de 2022 el momento donde le ha visto más bajo?
Fue un momento muy complicado para él. El primer día que le vi entrenando no era él, no tenía la cabeza en el torneo. Estaba muy preocupado por la situación de su mujer embarazada. Rafa tiene un punto de aprensión y con esa situación se veía que no estaba centrado.

-¿Cree que Djokovic tiene ‘celos’ de Federer y Nadal?
Absolutamente. Tiene una sensación de inferioridad y su imagen se ha deteriorado por su actitud durante la pandemia. Él no entiende que dos tenistas que no han ganado tanto como él, porque hay que reconocer que con los números es el mejor, sean más queridos que él. Salvado las distancias, me recuerda a Lance Armstrong, que además de ganar machacaba a sus rivales. Induráin era diferente.

-Sin esta rivalidad entre ellos ¿hubieran estirado tanto su carrera?
No lo creo. Rafa no tendría 22 Grand Slams sin ellos. Es un ganador nato y aunque no lo diga, lo que le ha empujado hasta aquí es ganar más grandes torneos.

-¿Cree que regresará?
No lo sabe ni él. Él habló de que quizás jugaría la Copa Davis porque tiene que tener una referencia temporal. Los tenistas se mueven mucho por objetivos.

-Alcaraz.
Hay que ver dónde está dentro de tres años. Escribiría un libro sobre él si tiene relato. Es la antítseis de Nadal. Es un chico de 2003 contra uno de 1986. Alcaraz es un ejemplo de la generación actual: más ambicioso, desenfrenado, primero pega y luego pregunta. Rafa primero preguntaba y luego pegaba. Esto tiene el atractivo para el espectador por el tenis que practica, pero hay que ver cómo evoluciona.

El apunte

Alejandro Ciriza estudió en la Universidad de Navarra y se especializó en Comunicación Audiovisual, aunque se dio cuenta de que lo que realmente le gusta más era escribir. Tras acabar la carrera logró una beca y trabajó unos meses en Tele5 y después en el área digital de prisa.com. De ahí pasó a As en la sección de Deportes y luego a El País en 2007. «Empecé en temas de edición y luego ya entré en Deportes. Primero fue mucha labor de campo y fondo. La redactora jefa de Deportes de entonces me ofreció la oportunidad de hacer el tenis. Es duro por los viajes, pero compensa por lo que vives y por los personajes que conoces».