Imagen de Carlos Alcaraz recibiendo asistencia médica durante su partido ante Rune en los cuartos de final del Masters 1000 de París-Bercy. | CHRISTIAN HARTMANN

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Mermado físicamente por problemas en un costado, Carlos Alcaraz, de 19 años, se retiró en los cuartos de final del Masters 1000 de París-Bercy ante el danés Holger Rune, también de 19, quien dominaba el partido por 6-3 y 6-6 (3-1) tras una hora y 40 minutos de juego. De este modo, Alcaraz no logra garantizar matemáticamente el número uno mundial en 2022, que dependerá de lo que haga en las Finales ATP de Turín, que se disputarán del 13 al 20 de noviembre y en las que su participación dependerá ahora de su estado físico. La cima de la clasificación mundial se mantiene así al alcance de Rafael Nadal, que se despidió de la capital francesa en su primer partido pero mantiene intactas sus opciones de regresar a la cima del ránking en la Copa de Maestros.

El murciano, el número uno más joven de la historia del circuito, podría haber garantizado ese puesto en 2022 en caso de haber ganado el torneo de Bercy, en pista rápida. Rune (n.18) se medirá en las semifinales al canadiense Felix Auger-Aliassime, octavo del mundo. En un duelo de altos vuelos entre dos perlas del circuito, Alcaraz se quejó al final del segundo set, cuando lideraba 6-5, de un tirón muscular en un costado y tuvo que recibir asistencia médica. El murciano acabó el partido físicamente mermado y prefirió retirarse en el desempate de la segunda manga.

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Tras el encuentro no pudo confirmar su presencia en las Finales ATP y dijo que se retiró para «no seguir con el runrún en la cabeza» por su dolor en el abdomen. «No te puedo contestar a esa pregunta (ir a Turín). Ahora voy a casa, me haré pruebas para ver la magnitud del problema y, a partir de ahí, ver cómo puedo ir a Turín al cien por cien», dijo en rueda de prensa. Alcaraz llega a la cita de Turín con un margen de 1.000 puntos sobre Rafael Nadal y podría terminar el año en lo más alto si alcanza las semifinales. El mallorquín ya ha dejado claro que la puja por el liderato del ránking no figura entre sus prioridades, pero el torneo en tierras italianas aún podría reservarle la oportunidad de poner la guinda a un curso en el que ha conquistado el Abierto de Australia y Roland Garros.

Rune, quien nació el 29 de abril de 2003, seis días antes que Alcaraz, comenzó arrollador. Seis puntos seguidos fueron el preludio de lo que le esperaba al español. Un servicio inexpugnable y un físico rotundo y elástico al mismo tiempo. El danés allanó la vitoria en el primer set con una rotura a Alcaraz en el séptimo juego que le dejó con un 4-2 a favor. Algo agarrotado y poco fresco en su saque, el español no encontraba brechas en su impenetrable rival. La primera manga la cedió por un 6-3 claro. La segunda fue más igualada. Rune no mostró el mismo poderío en el saque y Alcaraz consiguió cierto dominio. Sin embargo, desperdició dos bolas de rotura para ponerse 5-3 arriba. Y luego vinieron los problemas físicos en el costado izquierdo, que persistieron, a pesar de los cuidados médicos. El danés buscará otra final ante Auger-Aliassime, ante quien perdió el título del ATP-500 de Basilea.