Imagen de Roger Federer y Rafael Nadal durante el partido de dobles que disputaron en la edición de 2017 de la Laver Cup en Praga. | Martin Divisek

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El último baile de Roger Federer ya tiene fecha. La Laver Cup, que se disputará desde este viernes 23 al domingo 25 de septiembre, será la última oportunidad para ver al suizo vestido de corto sobre la pista y todo apunta a que será formando pareja con Rafael Nadal. El ex número uno mundial ha asegurado que no jugará partidos individuales, por lo que su despedida se producirá el viernes en el partido de dobles que cerrará la sesión en el O2 Arena de Londres.

«No voy a poder jugar partidos individuales, esto estaba bastante claro. Por eso no fue una opción jugar el torneo de Basilea en octubre. Seguramente juegue el dobles aquí el viernes por la noche y eso es todo. Le pregunté a nuestro capitán, a Bjorn Borg, si estaba bien que hiciera eso y me dijo que podía hacer lo que quisiera», ha explicado Roger Federer, que también ha dejado claras sus preferencias sobre la que sería su pareja. «Tal vez pueda jugar dobles con Rafa, eso sería un sueño absoluto», dijo el suizo en declaraciones recogidas por SRF News.

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Federer y Nadal jugaron por primera y única vez juntos en la Laver Cup de 2017 celebrada en Praga, donde dejaron una de las imágenes más icónicas de la historia del deporte de la raqueta que podría repetirse este viernes. Grandes rivales y a la vez muy buenos amigos el suizo y el mallorquín han librado batallas por las competiciones más importantes y lo han hecho sin dejar de lado el respeto, la cordialidad y la admiración. Se han llevado al límite sobre la pista, pero sus duelos jamás han ido más allá y le han dado al tenis buena parte de los mejores años del siglo XXI.

La jornada del viernes arrancará a las 13:30 y culminará en su sesión vespertina con el que será el último partido de Federer, que anunció su retirada la semana pasada se despidió de la competición oficial el año pasado en Wimbledon. Dijo que la el último set jugado contra Hubert Hurkacz en el All England Club -perdió por 6-0- fue la peor hora de su carrera y que ahí se dio cuenta de que la rodilla no estaba funcionando. «La decepción de aquello fue como fuegos artificiales en mi cabeza. Cuando volví el año pasado estaba muy lejos de mi 100 %, por eso me parece increíble que llegara a los cuartos de final en Wimbledon», ha revelado.