El tenista Rafa Nadal. | HENRY ROMERO

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El español Rafael Nadal, ganador de 21 torneos de Grand Slam, reconoció apreciar más su cuarto título del Abierto de Acapulco, que el primero en el 2005 cuando era un desconocido, invitado al torneo con un wild card. «Son muchos años de carrera, entonces era algo nuevo; ahora se valora más que a los 18 años», dijo Nadal luego de lograr el título 91 de su carrera profesional, por 6-4, 6-4 sobre el británico Cameron Norrie. Nadal, quinto de del ránking de la ATP, empató con su compatriota David Ferrer y con el austríaco Thomas Muster como los únicos con cuatro cetros en Acapulco, lo cual, según dijo, le dejará un recuerdo eterno como una de las competiciones importantes de su vida.

«En mi carrera hay varios torneos que han dejado huella, pero México siempre me ha recibido de manera fantástica; confío en que la gente tenga un buen recuerdo de mí cuando no pueda volver y se acabe este sueño porque Acapulco tendrá un buen lugar en mi recuerdo», observó. Al referirse a las secuelas del esfuerzo para ganar esta semana, aceptó que el torneo, con categoría 500 de la ATP, es duro para él porque pierde mucho líquido por la potente humedad, aunque terminó en buenas condiciones. «No he perdido un set en todo el torneo; físicamente me he sentido bien», indicó el manacorí, que en las próximas semanas jugará los Máster 1.000 de Indian Wells y Miami. Nadal aceptó que este sábado en la final ante Norris no jugó su mejor partido y reconoció la calidad del británico, a quien calificó de difícil porque ha mejorado su nivel.

Sobre las marcas impuestas, el cuarto título en Acapulco, su decimoquinta victoria seguida por primera vez en un inicio de temporada y otros, señaló que solo podrán valorarse cuando terminé su carrera profesional, que, según dijo, ha sido mucho mejor de lo imaginado, lo cual agradece. «Lo primero es valorar la suerte que tenemos los tenistas profesionales. He conseguido hacer de mi hobbie' de niño, mi trabajo; aunque nunca lo he considerado trabajo. Hay gente que lo pasa mal como para que a los que nos sonríe la vida, no lo valoremos», concluyó.