Momento del entrenamiento de Rafael Nadal en Manacor. | Redacción Digital

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La temporada de tierra es el tramo más importante del año para Rafael Nadal. Montecarlo ya aguarda al mallorquín, que intensifica su puesta a punto en Manacor rebuscando en el disco duro sus mejores sensaciones sobre su superficie más prolífica y con Indian Wells como referencia. Hace autocrítica y advierte que se siente «mejor que el año pasado» y con «ilusión» para aspirar a lo máximo de nuevo.

Entre Montecarlo, Barcelona, Roma, Madrid y Roland Garros se juega una notable porción del curso. «La temporada es de principio a fin y no se resume solo en la tierra», precisa el manacorí, que sí cree que «es una época importante del año y tengo que intentar estar lo mejor preparado posible».

El punto de referencia para abordar los desafíos que se vislumbran en el horizonte es Indian Wells. «Jugué a un gran nivel y me sentía preparado. Fue una pena lo de Miami, hubiera sido importante para llegar a la tierra batida más tranquilo y con más puntos, pero pasó lo que pasó... La verdad es que llevo semanas entrenando bien y se tiene que intentar trasladar a la competición. En Indian Wells salió y hay que volver a hacerlo. Estoy mejor que el año pasado, más tranquilo», analiza.

Puesta a punto al «100%»

El golpe de calor que le dejó fuera de combate en Miami fue un contratiempo puntual, pero no afecta a su día a día antes de iniciar el desafío que supone el Masters 1000 de Montecarlo. Tampoco debería ser un obstáculo la muñeca izquierda después de su paso por la Clínica del Tenis en Barcelona, donde se encendieron las alarmas cuando visitó el espacio de homenaja a Joan Cruyff con un vendaje.

«Estoy trabajando al cien por cien. En Miami sufrí un golpe de calor, me deshidraté y me tuve que parar porque creía que me iba a desmayar allí mismo. Triste por tener que retirarme porque no me gusta y porque siempre intento terminar los partidos, pero no era una lesión y sí una situación que me hacía sufrir más de la cuenta», recuerda el ‘manacorí’.