Rafael Nadal en el aeropuerto de Son Sant Joan. | Teresa Ayuga

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La temporada europea de tierra batida alzará el telón el domingo en el Masters 1000 de Montecarlo con Rafael Nadal buscando su mejor versión. La irregularidad en el tramo más reciente del calendario y, sobre todo, la derrota en Miami han alimentado las dudas del manacorí, que confía en su trabajo para revertir la situación.

«Tengo la ilusión de iniciar la temporada de tierra que en el pasado siempre se me ha dado bien. Este año llego a Montecarlo con menos partidos y con resultados menos buenos que en el pasado, con lo que tengo más dudas de lo que suele ser habitual, pero estoy preparado para aceptar las situaciones y para aceptar que puede pasar cualquier cosa», analiza el mallorquín.

En la arcilla sudamericana (Buenos Aires) mordió su primer y único trofeo de 2015. Sin embargo, Montecarlo representa un reto «diferente». «Tengo un ranking peor y puedo enfrentarme a rivales más complicados en rondas más tempranas, pero, por muchas vueltas que podamos darle, el objetivo es jugar bien y estar tranquilo. He hecho lo máximo para estar bien y pienso en positivo. Espero que las cosas vayan saliendo, pero tengo claro que no pasaremos de cero a cien, no pasaremos de caer en segunda ronda en Miami a tener un nivel espectacular en Montecarlo. Que nadie espere algo así porque esto se dará progresivamente y yendo poco a poco y con buena letra», argumenta.

La necesidad de encontrar regularidad en el juego a un nivel alto no altera el discurso del balear. «Partido a partido, entrenamiento a entrenamiento y bola a bola, no hay otra manera o al menos es el modo en el que yo entiendo el tenis».