Rafael Nadal, esta mañana en el aeropuerto de Son Sant Joan. | M. À. Cañellas

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Río de Janeiro aguarda el regreso a la competición de Rafael Nadal, que hoy mismo ha puesto rumbo a tierras cariocas en busca del que será su partido 800 en la ATP. El número uno del mundo, que ha visto condicionada su agenda por la lesión que sufrió en la final del Open de Australia y por un virus estomacal que le impidió jugar en Buenos Aires, disputará la novedosa cita brasileña antes de enrolarse en la preparación de la primera gira americana que elevará el voltaje de su repleta agenda.

Tras apenas tres días de contacto con la tierra batida entre el Centre de Tennis y el Club Tenis Manacor, Nadal viaja a Río de Janeiro con la intención de acumular horas sobre la pista antes de entrar en acción. Llegará esta misma tarde a Brasil, donde, probablemente el próximo miércoles, disputará su partido 800 como profesional. Tras sumar a su casillero 11 victorias y una derrota después del primer mes de competición, Nadal redondeará una cifra que le consolida como el quinto jugador en activo con más encuentros, ya que solo le superan en este apartado Roger Federer (1149), Tommy Haas (852), Lleyton Hewitt (834) y David Ferrer (828).

Reencuentro

La despedida con lágrimas de impotencia en Australia y la imposibilidad de jugar en Buenos Aires propician que el mallorquín vuelva a encontrarse con la tierra batida con ganas de dejar atrás las últimas semanas y de disfrutar de nuevo en la superficie en la que colecciona su mayor número de éxitos. Aunque el cemento sea el escenario en el que desarrolla buena parte de su carrera por los designios de la ATP, la arcilla es la superficie en la que se crió y donde solo ha cedido 21 duelos de los 314 que jugó sobre el polvo de ladrillo.

En Río de Janeiro encabeza el cartel de participantes y carga con el rol de favorito, aunque la nómina de jugadores también presenta consumados especialistas sobre tierra batida como David Ferrer, Nicolás Almagro o Fabio Fognini, entre los principales aspirantes a reclamar la primera corona de Río de Janeiro.

Cambios

El virus que sufrió en la noche del pasado miércoles ha impedido al mallorquín repetir los pasos que tan buenos resultados le dieron en 2013, cuando optó por readaptarse a la competición en la gira latinoamericana de tierra después de siete meses alejado del circuito. Nadal disputó los torneos de Viña del Mar (Chile), Sao Paulo (Brasil) y Acapulco (México) y su intención, aunque en 2014 abrió su calendario en Doha y el Open de Australia, era seguir una hoja de ruta similar con su regreso a Buenos Aires y su estreno en Río de Janeiro. El presente calendario suprime el paso por Acapulco y le concede un margen mayor para enfocar su vuelta al cemento con dos grandes citas.

Después de jugar en la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2016, el mallorquín descansará unos días en Cozumel para acto seguido meterse de lleno en la preparación de su asalto al desierto californiano. Defiende el título de Indian Wells, que arranca el 6 de marzo, y posteriormente tiene previsto tomar parte del torneo de Miami, que se disputa a partir del 19 de marzo y donde no compitió la pasada campaña para no comprometer el estado de sus rodillas.

Esta temporada prevé disputar los dos primeros Masters 1000 estadounidenses siempre y cuando su físico no se lo impida. La experiencia acumulada invita a no asumir riesgos y el «partido a partido» se convierte en la línea a seguir por el mallorquín, sabedor que la vorágine del circuito puede jugar malas pasadas por la exigencia máxima que afrontan los tenistas semanas tras semana.

Cabe destacar que Nadal defiende 1000 puntos en Indian Wells, pero optaría a un botín neto de otros 1000 en Miami en una de sus principales bazas para blindar la cima del ranking durante más semanas.