Nadal, por partida doble

Nadal tuvo un viernes intenso. Saltó a la pista en el primer turno de la mañana para medirse al francés Benoit Paire, en partido aplazado de octavos de final, y por la tarde se enfrentó a Albert Ramos, verdugo del japonés Kei Nishikori.

Quizá porque no está acostumbrado a madrugar para entrar en competición, Nadal arrancó la jornada dormido. Un valiente Paire le hizo ‘break’ en el primer juego y lo mantuvo exigido durante casi una hora, lo que duró una primera manga que tuvo que decidirse en el ‘tie-break’.

En la segunda, el francés, 33 del ránking mundial, desperdició una bola de ‘break’ para lograr el 3-3 y, a partir de ahí, se dejó ir para ceder por 6-2 el segundo parcial.

Ramos se lo puso mucho más fácil por la tarde. Al heptacampeón de Roland Garros su compatriota le duró poco más de una hora (6-3 y 6-0), en un partido que no tuvo historia.

Hoy, Nadal se medirá en semifinales al canadiense Milos Raonic, decimotercero en el ránking mundial. Los dos jugadores se han enfrentado en dos ocasiones -nunca en arcilla- y en ambas la victoria ha caído del lado del mallorquín.

Como Nadal, Raonic tuvo doble trabajo este viernes. Al mediodía se deshizo del letón Ernest Gulbis en dos sets (6-2 y 7-6) y, en el último partido de la jornada, sufrió de lo lindo para derrotar al español Tommy Robredo (6-7, 6-3 y 7-6).

Una derecha de Raonic que Robredo creyó haber visto fuera le hubiera dado al catalán pelota de partido con 6-5 en el tercer set, pero el juez de silla bajó para confirmar que el golpe del canadiense había tocado la línea y ahí se esfumó su opción de lograr el triunfo. Por la mañana, Robredo había logrado la gesta de echar del torneo al número seis mundial, el checo Tomas Berdych, a quien remontó un set (3-6, 7-6 y 6-3).

Mucho más descansados llegarán a la jornada de hoy Almagro y Kohlscheiber. El murciano derrotó a Juan Mónaco (6-3 y 7-5), mientras que Kohlscheiber se vio favorecido por la retirada de Bellucci.