Rafael Nadal atiende a los medios de comunicación, ayer, en el aeropuerto de Son Sant Joan antes de iniciar la gira de tierra en Sudamérica en el torneo de Viña del Mar. | Teresa Ayuga

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El curso 2013 de Rafael Nadal cobra forma. El tenista mallorquín tiene previsto llegar hoy a Chile para encarar el que será su primer torneo oficial tras siete meses alejado del circuito ATP, donde hará su reaparición el próximo martes 5 de febrero disputando la competición de dobles del torneo de Viña del Mar junto a Juan Mónaco. El manacorí se ha situado en el kilómetro cero de la gira sudamericana de tierra batida con el equipaje cargado de ilusión, aunque aún con la incertidumbre que genera la respuesta que pueda ofrecer su rodilla en la competición.

«Tengo la ilusión de volver a jugar y la incertideumabre de cómo responderá la rodilla cuando le exija el máximo, pero lo positivo es que voy por el buen camino y vuelvo a competir», explicó Nadal en el aeropuerto de Son Sant Joan antes de hacer escala en Madrid.

Paciencia, cautela, realismo y humildad son en buena medida las claves que impregnan el discurso de Nadal previo a su regreso a las pistas. «Voy a jugar al cien por cien de lo que tengo, aunque mi nivel actual no es el cien por cien de los últimos años. Hay que ser realistas y la rodilla está mucho mejor, pero me sigue molestando bastante días y no me deja ni jugar ni entrenar al nivel que me gustaría», precisó. Además, también añadió que «hay que tener cautela, paciencia y humildad, porque al principio las cosas no van a ir bien y debo tener la humildad necesaria para afrontar las adversidades que puedan venir tanto a nivel de rodilla como en el plano tenístico».

Tras un paréntesis tan prolongado (no juega desde el pasado 28 de junio) y con la rodilla aún marcando sus pasos, Nadal no se marca objetivos de resultados en las citas de Viña del Mar, Sao Paulo y Acapulco. «Los resultados son una consecuencia de lo que uno trabaje y de lo preparado que esté mentalmente y físicamente para que lleguen», comentó el mallorquín que subrayó que «lo único prioritario es que pueda superar estas tres semanas sobre tierra con garantías y que pueda competir y entrenar a un nivel aceptable», manifestó el mallorquín.

La mentalidad de Nadal se mantiene intacta ante los contratiempos y antes de partir reflexionó que «probablemente tengo más ilusión que nunca». «Tengo ganas de trabajar y superar el reto que se me ha planteado, lo he hecho otras veces y no veo por qué no puedo volver a hacerlo si uno tiene ilusión por trabajar», argumentó.

Montecarlo

El calendario del balear se estrena en Sudamérica, pero la cita que aparece marcada en rojo en su agenda es Montecarlo, donde quiere llegar con garantías de éxito. «Estos torneos me hacen ilusión y me darán un bagaje para afrontar la parte más importante de la temporada que, para mí, empieza en Montecarlo», dijo. «Serán momentos complicados y hará falta un proceso de adaptación, pero el objetivo es llegar a la temporada de tierra europea bien preparado. Lo que venga antes y si la rodilla no molesta bienvenido sea», comentó.

No será un camino sencillo, pero Nadal resalta que no por trabajo no va a ser. «Costará recuperar el maximo nivel, seguro, pero jugar a tenis no se me habrá olvidado y espero en un par de meses volver al máximo nivel para competir contra todos con opciones». A día de hoy no es así, pero el trabajo se hará para que esto llegue lo más rápido posible».

El parón no supondrá una metamorfosis tenística del balear. «No elijo la forma de jugar e intentaré sacar el máximo rendimiento a lo que tengo, que es lo que haré ahora y lo que he intentado hacer toda mi vida».