Rafael Nadal en una imagen del partido que disputó contra Ljubicic. | Efe - GUILLAUME HORCAJUELO

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El regalo que espera Rafael Nadal en su 25 cumpleaños es la final de Roland Garros. A las 14.00 horas (Teledeporte/IB3) el número uno del mundo saltará a la pista Philippe Chatrier para medirse a Andy Murray y procurarse una nueva candidatura a la Copa de los Mosqueteros como obsequio para un nuevo aniversario en tierras galas. No obstante, hoy, en la pista central, no habrá ni concesiones ni treguas del escocés. El mallorquín está obligado a refrendar su progresión para seguir aspirando a su décimo grande y para seguir amenazando el récord de Bjorn Borg.

El número uno del mundo alcanza hoy el cuarto de siglo y no habrá celebración más dulce que una nueva victoria sobre la arcilla parisina. Liberado de la ansiedad que lastró su tenis hasta las rondas decisivas, Nadal confirmó su evolución ante Soderling con mejores movimientos, más confianza y numerosos golpes de su extenso repertorio. El manacorí busca ahora otro paso al frente para superar al número cuatro de la clasificación mundial.

Las trayectorias de ambos contendientes en Roland Garros 2011 han sido inversas. Mientras Nadal ha ido a más, el escocés ha amontonado problemas en las últimas rondas. Tras un inicio dubitativo, el defensor del título disputó su mejor partido de la presente edición en cuartos de final ante Soderling, mientras que el escocés, que arrastra problemas en el tobillo, ha tenido que emplearse a fondo para doblegar a Troicki en octavos y a Juan Ignacio Chela en cuartos.

Importancia

Para acabar con la resistencia del tenista de Dunblane cobra una importancia capital el primer set, que permitiría al isleño asestar un importante golpe psicológico a un rival temido por su talento.

Sin embargo, Murray ha dado un salto cualitativo sobre la arcilla. El escocés llegó a París después de tener contra las cuerdas a Nadal en las semifinales de Montecarlo y hacer lo propio con el intratable Djokovic en las semifinales de Roma. El mallorquín le ha superado las treces veces que se han visto las caras en la superficie roja, pero desde este año Murray ya sabe lo que es ganarle un set al dominador de la tierra al que avalan 31 títulos y 225 victorias en 243 partidos.

Hoy es la cuarta ocasión en la que miden sus fuerzas en la penúltima ronda de un grande y la primera que lo hacen en Roland Garros. Nadal tiene más experiencia en estas lides (14 semifinales en sus últimos 20 Grand Slam) y una hoja de servicios casi impecable en la capital francesa, donde solo ha caído ante Soderling en los octavos de final de la edición de 2009, la única de sus participaciones en la que no celebró su aniversario en París.

En caso de victoria, Nadal, que ha ganado 43 de los 44 partidos que ha jugado en Roland Garros, alcanzaría su duodécima final de un grande -ganó 9- y se convertiría en el segundo jugador de la historia en alcanzar seis finales del Grand Slam francés. El récord lo tiene Bjorn Borg, que, además, ganó las seis. Lo hizo entre 1974 y 1981 para fijar un tope de triunfos que quiere amenazar el manacorí, que tiene en su palmarés un Open de Australia, un US Open, dos Wimbledon y cinco Roland Garros.