Imagen del número uno del tenis mundial, Rafael Nadal, ayer durante su entrenamiento en la pista central de Melbourne Park. | Reuters

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La conquista de un cuarto título del Grand Slam consecutivo, un imposible para casi todos los más grandes protagonistas de la raqueta a lo largo de los tiempos, es el nuevo desafío del número uno del mundo, Rafael Nadal, que emprende la carrera por volver a reinar en el Melbourne Park, donde ya triunfó hace dos años, y sumar el décimo major a su palmarés.

Nadal tiene ante sí la posibilidad de acentuar su historia. Agrandar su leyenda. Tras los éxitos en el 2010 en Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos puede cerrar el círculo en Australia y completar los cuatro torneos principales del circuito de forma consecutiva. No sería el logro la adjudicación del Grand Slam como tal, que requiere la victoria de los cuatro grandes en un mismo año. Pero supondría un hito sin más precedentes. Fuera del alcance de leyendas de la raqueta como el suizo Roger Federer, los estadounidenses Pete Sampras, Andre Agassi o John McEnroe, el sueco Bjorn Borg o el checo Ivan Lendl, algunos de los más reputados.

Es el aliciente principal del balear en el primer Grand Slam del curso, objeto de deseo de otros aspirantes distinguidos, cargados de razones para pujar por la primera corona de relumbrón del año.

El suizo Roger Federer es el vigente campeón. Fue en el Melbourne Park donde el helvético logró su único título del Grand Slam el pasado año. Obligado por defender el trono, el quinto al que aspira, para incentivar su lucha por recuperar el número uno del mundo, su misión para el 2011.

Y es que otro récord anima el recorrido de Federer. Tiene a tiro los números de Pete Sampras, que permaneció en la cima del ránking 286 semanas. Una más de las que ha estado el tenista de Basilea antes de ser desplazado por Nadal.

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Rafael Nadal declaró antes del inicio del primer Grand Slam del año que se siente «menos favorito que Federer y no más que Djokovic, Murray y Soderling». Sus palabras contrastan con la postura de Federer, que ha asegurado que el tenista mallorquín es «el favorito» para alzarse con el Open de Australia. «El defiende tres 'Grand Slams'. Por supuesto, yo gané el Torneo de Maestros y he estado jugando realmente bien en pista dura, pero él ha sido quien ha dominado los 'grandes' y no se le ha resistido ningún partido en los tres torneos», explicó.

La posibilidad de encadenar cuatro Grand Slam consecutivos es uno de los asuntos más comentados en el mundillo del tenis y Nadal considera que «no siento ninguna presión especial, aunque tal vez ésta sea la única oportunidad que se me presente en la vida. Jugar un Grand Slam ya es suficiente presión por sí solo, así que la posibilidad de ganar el cuarto consecutivo no es algo que me preocupe especialmente», aseguró Nadal.

Federer, que ya ha inaugurado su cosecha en el nuevo año con el triunfo en Doha, defiende 2000 puntos en Melburne. Nadal, que partirá en el 2011 con una ventaja de 3.305, solo 360. Fue cuartofinalista el pasado año, cuando se retiró lesionado de su duelo con el británico Andy Murray.

Candidato

Es el escocés otro de los aspirantes. Un candidato eterno, que no termina de dar lustre a su carrera con un 'grande' que se le ha resistido. Tuvo cerca el Abierto de Estados Unidos en el 2008 y Australia en el 2010. En ambas ocasiones cayó frente a Federer. Es el serbio Novak Djokovic el tercero de los participantes, junto a Federer y Nadal, que puede repetir éxito en el Melbourne Park, donde ya triunfó en el 2008, cuando superó al francés Jo Wilfried Tsonga.

El cuadro femenino, sin embargo, presenta más incógnitas. El cuadro está más abierto, sobre todo, por la ausencia de la vigente campeona, la estadounidense Serena Williams. A ocupar el vacío de poder acuden un puñado de aspirantes. Las belgas Kim Clijsters o Justine Henin, ansiosas por recuperar la hegemonía en la competición, aunque el tenis femenino está pendiente de la explosión definitiva de la número uno del mundo, la danesa Caroline Wozniacki.