Rafael Nadal, entrenando para el US Open. | Jaume Morey

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Rafael Nadal lleva ya muchos días entrenando en Manacor, pero su cabeza lleva varias semanas en América. Hoy el número 1 del tenis mundial parte hacia Canadá para afrontar primero los torneos de Toronto y Cincinnati y posteriormente abordar uno de los grandes retos que le quedan por cumplir en su corta, pero muy intensa carrera deportiva: el US Open.
Durante casi un mes, el campeón de Manacor ha entrenado en su localidad en una superficie muy similar a la que se encontrará a partir del 9 de agosto en el Masters 1000 de Toronto, donde arrancará su singladura en el último tercio del curso.
Junto a Toni Nadal ha preparado a conciencia sus próximos compromisos y el servicio ha sido uno de los puntos que más ha trabajado Rafa. Su entrenador explicaba al respecto que la pista rápida tiene unas exigencias concretas y el tenista las ha trabajado con mucho detalle. «En pista dura uno de los detalles especiales del juego es el servicio y es necesario dedicarle una especial atención y trabajarlo», comentó Toni Nadal.
El entrenador también ha reconocido esta misma semana que ganar el US Open es uno de los grandes objetivos de Rafa. «Es el único Grand Slam que le falta y esto siempre es una motivación especial», manifestaba Toni. Rafael no ha modificado apenas su rutina diaria desde que regresó de nuevo a los entrenamientos en Manacor. Trabajo intenso en el Centro de Tecnificación y posteriormente atención a los fans y a sus múltples admiradores que día tras día se agolpan en la pista para ver de cerca al deportista más importante que ha dado España.
Hoy viajará hacia Canadá para iniciar la primera de las tres competiciones en las que participará. Siempre consciente del momento por el que atraviesa, Rafa sabe que llega «un poco justo» al próximo Masters mil. Sin embargo, el mallorquín siempre se muestra prudente antes de iniciar un torneo y con el paso de los partidos exhibe lo mejor de sí y previsiblemente eso también ocurrirá desde el próximo lunes. En el orizonte, el US Open, al que ha llegado en dos ocasiones a semifinales. Rafa tiene una espina clavada porque en 2008 estuvo muy cerca del título, pero llegó muy cansado a Nueva York tras ganar el oro Olímpico. El desgaste físico y mental de la que fue una temporada muy exigente pasó factura, pero ahora la situación es diferente.
El manacorí, pese a que el calendario también ha sido muy duro, ha podido intercalar algo más de descanso entre torneo y torneo y eso seguro que será beneficioso para un tenista que siempre piensa en dar lo mejor de sí sobre la pista. Hoy Nadal vuelve a subirse a un avión para jugarse tres trofeos. Difícilmente vendrá de vacío.