Robert Navarro: visto y no visto

El Mallorca ya da por perdido al futbolista catalán, que no ha conseguido dejar huella en su breve paso por el club

Robert Navarro se lamenta después de fallar una ocasión de gol durante el partido entre el Mallorca y el Rayo Vallecano en Son Moix | Foto: M. À. Borràs

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El breve ciclo de Robert Navarro como futbolista del Real Mallorca va tocando a su fin. El exjugador de la Real Sociedad todavía no ha desvelado su futuro —que cada vez parece más ligado al Athletic—, aunque en el club balear ya lo dan por perdido. «Tiene otros perfiles de equipos y no creo que siga», reconocía este jueves Pablo Ortells en los micrófonos de Radio Marca Baleares, confirmando algo que parecía evidente desde hace meses.

Navarro llegó tarde y se fue pronto. El catalán se incorporó a la plantilla en los últimos días de agosto para dejar atrás un verano complejo y después ni siquiera llegó a apurar el sueño europeo junto a sus compañeros. Una lesión le sacó de la circulación a principios de marzo y ya no volvió ponerse la camiseta del Mallorca. Una prenda que en total habrá vestido en 25 partidos oficiales: 23 de Liga, uno de Copa del Rey y otro de la Supercopa de España. Marcó un gol, en Las Palmas, y dejó numerosas muestras de su clase. También le faltó regularidad y, sobre todo, persistencia sobre el tapete.

Justo antes de lesionarse en el abductor de la pierna derecha, en la antesala de un encuentro cargado de morbo en San Mamés, había sido clave entrando desde el banquillo en el Sánchez Pizjuán y había actuado luego de inicio contra el Alavés. Ahí detuvo el contador. Arrasate le incluyó en las últimas listas del curso, pero no llegó a participar.

El Mallorca ha sido una válvula de escape para Robert Navarro, que se había quedado sin sitio en la Real Sociedad ante los rumores que hablaban ya de un futuro compromiso con el Athletic y su negativa a ampliar su contrato con el conjunto blanquiazul, que expiraba el 30 de junio. Ahí entró en escena el club de Son Moix, con el que firmó para una única temporada. «Estábamos de acuerdo en firmar un año porque él luego quería decidir su futuro libremente y a nosotros nos parecía bien que viniera un año, nos ayudara y que luego pudiera elegir», alegaría después Pablo Ortells, que hasta ahora no había cerrado la puerta a que el jugador alargara su historia como bermellón.

Con solo 23 años y sin una sola atadura, Robert Navarro habrá podido asegurarse un buen destino y un buen contrato. Cuando se confirme su salida, que se unirá a las de los cedidos Valery y Chiquinho y muy probablemente a la del Pichu Cuéllar, el Mallorca bajará de peso y perderá altura. Y en un mercado que todavía se cocina a baja temperatura deberá ajustar el visor para encontrar un recambio.