Una delantera sin punta

El gran problema es que cuando el Pirata ha tenido que quedarse en tierra ni Cyle Larin ni Abdón Prats han sido capaces de ocupar su espacio. El canadiense es el segundo máximo goleador de la plantilla —cinco goles—, pero no encuentra el centro de la diana desde 2024. Firmó una primera vuelta notable y sus tantos colorearon hasta cuatro victorias del Mallorca. De hecho, fue determinante en las dos últimas, contra el Girona y el Getafe. A partir de ahí, en sus cuentas no ha habido un solo movimiento. Y el sábado volvió a concentrar la ira del público de Son Moix al desaprovechar una asistencia de lujo de Asano para batir a Guaita y matar el partido contra el Celta, que en ese momento todavía dominaban los baleares.

Larin ha vuelto al desierto en el que vivió la temporada pasada y lo ha hecho en el peor momento posible. Cuando el Mallorca más lo necesita. A su difícil encaje en el equipo, tanto con Javier Aguirre como con Jagoba Arrasate, hay que añadir que nunca ha terminado de conectar con la grada. Tampoco ha ayudado que el club filtrara que tiene la intención de traspasarlo a final de curso. Una maniobra que ha terminado de aislar al jugador y que seguramente recortará mucho su precio en el mercado.

Abdón Prats tampoco vive su mejor temporada en el Mallorca. Juega poco y cuando lo hace no cambia nada. Ni lo hizo en Mestalla, donde jugó un partido completo por primera vez en quince meses, ni cuando apareció sobre el tapete ante el Celta, ya con el marcador en contra y la carretera tirando hacia arriba. El Dimoni no celebra un gol desde el 29 de noviembre.