El Mallorca, de final en final

Tres partidos asequibles en casa de los cuatro que le restan y un campo de minas lejos de Palma es lo que le espera al Real Mallorca en su cruzada europea

Arrasate, en una imagen captada en el partido Valencia-Mallorca | Foto: J.M. Fernández

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El encuentro en Valencia y el partido disputado ayer noche por el Celta ante Las Palmas ha dejado al Mallorca con la necesidad de afrontar un sprint final de temporada obligado a estar entre los primeros que crucen la meta. Es cierto que el equipo de Jagoba Arrasate lo tiene todo a favor para poder mantener vivo el sueño de meterse en Europa el próximo curso, pero también es verdad que el margen de error es mínimo porque los rivales persiguen también lo mismo y a estas alturas de temporada nadie regala nada.

La clave de auparse hacia la cima de la tabla parece estar instalada en Son Moix, pero no se puede fallar y mucho menos ante rivales como el que visitará Palma el próximo sábado, el Celta de Vigo, rival directo en las aspiraciones del equipo rojillo en su afán de abrazar una competición continental con vistas al próximo curso.

Importancia

El entrenador del Mallorca ya hablaba nada más terminar el partido ante el Valencia de la importancia de la cita de esta próxima jornada y tiene razón porque en este caso de ganar a perder va un mundo frente a un Celta que también anhela dar un paso de gigante en sus aspiraciones esta temporada.

El Mallorca, sellada la permanencia en Primera, ahora ya no transita por la Liga partido a partido, ahora circula de final a final y tiene esa necesidad de imponerse en todos los encuentros en casa porque lejos de Palma deberá afrontar un campo de minas poco abonado a conseguir buenos resultados para un equipo como el balear que anda con muchas dudas y pocas certezas cuando cruza el charco.

Excesivamente prudente y poco dado a exceso ofensivos que traten de intimidar la meta rival, el Mallorca ofrece un perfil muy conservado lejos de Camí dels Reis y por lo tanto sumar fuera se presume una misión muy complicada. De aquí a que finalice la temporada el Mallorca tiene que visitar fuera de la Isla a la Real Sociedad (jornada 31) y posteriormente tendrá dos partidos seguidos también fuera de Son Moix, contra Barcelona y Girona en las jornadas 33 y 34. Real Madrid (36) y Rayo en la última cita del curso serán también los rivales a los que tocará rendir visita. No hay que engañarse, se trata de un calendario poco dado a las alegrías primero por el talento y calidad de los rivales y segundo por esa idea de conservar el punto de inicio más allá de arriesgar hacia la victoria. Dependiendo de cómo se desarrolle la temporada en los encuentros que hay que jugar en casa no es una mala idea, pero esto obliga principalmente a no fallar en Son Moix y a ser un equipo que apueste por la victoria desde el minuto uno y mande en el campo y en el marcador.

Importancia

La fiabilidad del equipo en casa es real y salvo el partido contra el Celta de esta jornada treinta de campeonato, los tres últimos choques sin ser ni mucho menos fáciles, son ante rivales que no han sido ni de lejos mejores que el Mallorca, al menos en el caso de Leganés y Valladolid que han trazado un claro camino hacia Segunda desde hace varias jornadas. El Getafe en la jornada 37 será el último de los equipos que visitará Palma para cerrar la temporada en casa y concretar el final de Liga en el recinto bermellón. Y todo empieza el sábado ante el Celta de Vigo en la primera de las nueve finales que restan por disputar.