La familia Ibagaza, fútbol en estado puro

El Caño regresa a la Isla a la espera de iniar su carrera como técnico mientras su hijo Iago juega en las filas del Constància de Inca

Iago y Ariel Ibagaza junto a la camisetas del Constància y el Real Mallorca en una imagen captada en el Mallorca Sports Bar de Son Moix. | T.Ayuga

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Ariel Ibagaza es una leyenda del Real Mallorca. Su nombre estará ligado siempre a la época dorada del club bermellón y pese a que ha disfrutado del éxito también en el Lanús, Atlético de Madrid, Villarreal, Olympiacos y Panionios, es en la Islas donde tiene su casa y aquí ha regresado tras su primera etapa en Grecia tanto como dirigente deportivo como entrenador. También se sacó la licencia para poder dirigir equipos en cualquier categoría y es aquí donde se mantiene a la espera de que se concrete un primer proyecto para reactivar sU carrera como entrenador.

Mientras eso sucede, Ariel sigue pendiente de su hijo Iago, futbolista del Constància y que al igual que su padre tiene también ese toque que le hace diferencial. Ultima Hora cita a ambos en el Sports Bar de Son Moix, un lugar donde se respira fútbol y deporte por los cuatro costados.

«Hace dos años que terminé con el carnet UEFAPRO. Estaba en Atenas y tenía que viajar a Madrid para hacer los cursos. Después en el Olympiacos estuve con los Sub-19, Sub-23 y en el primer equipo debutaron hasta siete chicos y se mantuvieron. Ahora me han vuelto a llamar de Grecia, pero bueno, esperaré unos meses antes de tomar la decisión. Ahora veo mucho fútbol, también Tercera División con mi hijo Iago en el Constància. Ahora le toca a él tratar de avanzar, aunque yo, que he jugado siempre en hierba natural, no sé cómo pueden jugar en sintético, aunque en casa al menos puede jugar en natural», reflexiona Ariel.

Iago se encuentra en un gran club para avanzar en su progresión como futbolista como es el Constància, dirigido por uno de los grandes entrenadores de nuestra Isla como es Guillem Llaneras. La pregunta es obligada. ¿Pesa el apellido de un jugador tan grande como fue su padre? Responde Iago. «Pesa, pero cuando estás en el campo piensas en ti mismo. Siempre trato de hacerlo bien aunque mi apellido sea Ibagaza, pero como digo no puedes pensar en ello».

«Hay muchos casos –recuerda su padre– no solo el nuestro. Ahí está el caso de Etoo, el de Nico Paz... Es normal que pese, pero en el campo se te olvida todo. La comparación siempre está ahí, pero yo ya terminé mi carrera, ahora es él quien empieza la suya. Con trabajo y constancia siempre llegan las oportunidades y después es él quien tiene que dar el paso adelante», reflexiona Caño Ibagaza.

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Iago y su padre Ariel posan para este periódico.

Iago es un extremo que juega a pierna cambiada. Es zurdo y actúa por la derecha, aunque ahora lo hace por izquierda y está en esa fase de perfeccionar la profundidad por ambas bandas. «Nosotros hemos llegado ahora. El Constància es un gran club, el entrenador también tiene muchos conocimientos y ahora tiene que aprender otro tipo de movimientos. Tiene buen último pase, pero lo que yo siempre le digo –subraya Ariel–, tiene que hacer gol. El último pase está muy bien, pero tiene que marcar. Yo no hacía goles, lo reconozco, pero el fútbol ha evolucionado y las estadísticas son cuántos partidos has jugado, cuántas asistencias y cuántos goles has marcado y él tiene buen disparo. Tiene que aprovecharlo», declara el Caño en la conversación general de fútbol que mantuvo Ultima Hora con él y su hijo.

CAÑO IBAGAZA «La comparación siempre estará, pero yo terminé mi carrera; ahora le toca a él»

Iago admite que la adaptación en Inca le costó un poco, pero gracias al club y a los compañeros pudo superar ese proceso lógico en todos los futbolitas. «Jugué en Grecia y también aquí y es diferente», admite. Ibagaza llegó al Mallorca en 1998 con 21 años, la misma edad que su hijo. «En Argentina se debuta antes en Primera. Yo con 17 años ya había jugado en Primera y después a los 18 empecé a mantenerme, que es lo difícil. Tuve la suerte de tener a Cúper, que justo después vino a Mallorca y me permitió dar ese salto de Argentina a Europa, que me costó un montón», recuerda Caño.

«Eso lo hablamos porque él –por su hijo– se encuentra en una situación similar a la mía. Al final tendrá que arriesgar y ser él. Siempre estaremos nosotros, pero hay un momento donde uno tiene que tomar una decisión como tomamos Siviero y yo», recuerda Caño. Iago sabe que él tiene su juego y su propia personalidad sobre el campo, más allá de que su padre sea un futbolista que marcó una época. «Yo tengo que mejorar en los últimos veinte metros y en marcar más goles. Siempre pienso en dar el último pase y en según qué acciones hay que pensar menos y tirar a puerta y marcar», reconoce.

IAGO IBAGAZA «El apellido pesa, pero cuando estoy en el campo intento ser yo mismo»

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El hijo de Ariel disfruta de un magnífico arranque de carrera en el Constància.

Caño está de acuerdo con su hijo. «Los últimos 20 metros es lo más difícil, encontrar el último pase, driblar, patear, dirigir la pelota hacia la portería, por eso son tan importantes los jugadores de este perfil. Siempre digo lo mismo, a mí me gustaría jugar en estos tiempos –manifiesta el Caño–. Ahora jugando dos, tres o cuatro partidos y haciéndolo bien se te abren un montón de puertas. Antes tenías que jugar 38 partidos y de ellos 25 bien, hoy en día jugando menos, se te ve mucho», reflexiona Ariel.

El Caño tenía claro qué es lo que más le resultaba atractivo de su época en el Mallorca. «A mí siempre me gustaba tener un delantero rápido delante. Etoo, Luque, Carlitos, Güiza, Biagini...siempre me gustaban porque a un toque era suficiente. Por ejemplo ahora con Muriqi sabes que su virtud es rematar y necesitas dos extremos rápidos como Stankovic o Lauren en su momento que jugaban uno contra uno, Alvaro Novo o Riera que centraban y le nutrían. Hay que adaptarse a los jugadores que tienes porque yo ahora no solo pienso como jugador, también lo hago como entrenador», asegura Ariel Ibagaza.

Iago sabe que le toca mejorar a la espera de dar el siguiente paso en su carrera posiblemente de cara a la próxima temporada «El mister Guillem Llaneras me ayuda mucho y ha armado un equipo y un vestuario muy bueno», afirma Iago. «Venimos de Grecia y ahora es una realidad diferente. Supongo que él se irá abriendo más, es muy reservado. Y hay muy buenos jugadores en Tercera División. Yo he visto muchos partidos y el Constància tiene tres o cuatro futbolistas muy buenos. Si estuvieran en categoría superior no desentonarían ni mucho menos», afirma Ibagaza.

Ariel ha sido un grande del fútbol español y europeo. Una leyenda en el Mallorca y un jugador muy querido. Un espejo sin duda donde mirarse Iago con vistas a su carrera deportiva.

El apunte

Iago llegó con la Copa del Rey bajo el brazo

El hijo de Ibagaza nació con estrella porque llegó a este mundo en 2003, poco antes de que su padre levantara la Copa del Rey en Elche. Ahora el que fuera uno de los mejores ‘enganches’ en la historia del Mallorca se dispone a empezar una nueva etapa como entrenador. Ha tenido muy buenos maestros, sin duda. «Ahora pienso como entrenador y al
Ariel jugador le diría muchas cosas. Debería haber sido más paciente, tener más pausa, no siempre jugar para adelante, tener más posesión, llegar más de segunda línea, interpretar cuándo había que acelerar y frenar. Yo ahora veo cosas que antes no interpretaba. En este oficio aprendes continuamente», recuerda el que fuera futbolista del Real Mallorca en dos etapas.