LA CRÓNICA

El Mallorca sueña en medio de la locura

Los de Jagoba Arrasate se agarran a la pelea por Europa tras remontar en el minuto 96 el gol inicial del Espanyol y fallar dos penaltis en un segundo tiempo caótico

Los jugadores del Mallorca, con Vedat Muriqi a la cabeza, celebran su triunfo contra el Espanyol. | M. À. Borràs

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R.C.D. Mallorca Mallorca 2

R.C.D. Espanyol Espanyol 1

Primera División | Jornada 28 | 15/03 16:15 | Final

El Real Mallorca ha salido a tiempo del bucle. El equipo de Jagoba Arrasate sumaba este sábado una trascendental victoria que le lleva hasta los 40 puntos después de superar al Espanyol en un partido resuelto en una segunda mitad de locura máxima. Muriqi, que había adelantado al Espanyol con un autogol y había fallado un penalti, culminaba en el minuto 96 una remontada que implica de lleno a los baleares en la lucha por Europa. El kosovar marcaba al transformar en su segundo intento una pena máxima que el colegiado había ordenado repetir después de otro lanzamiento fallido, esta vez de Abdón Prats (2-1).

Para llegar a sumergirse en el caos había tenido que cavar mucho el Mallorca, que se pasaba casi todo el primer tiempo enredado sobre sí mismo. Arrugado por los extremos y, en general, demasiado contenido en ataque, al equipo tampoco le había sentado muy bien la reforma del centro del campo. La ausencia de Mascarell despegaba sus articulaciones y ni la entrada de Samu Costa, irregular y demasiado fallón, ni la de Morlanes, algo bajo de batería, le daban a los de Arrasate el carácter y la consistencia necesarios para empujar a un Espanyol que salía a presionar muy arriba al presentarse y luego se iba acomodando poco a poco en su mitad del campo hasta envolver a Joan García en una burbuja difícil de superar para los de casa.

La monotonía de la primera mitad solo iba a romperse un rato, justo después de que Edu Expósito asustara a una grada habitaba por los de siempre (la llamada a la colaboración que había hecho el club durante la semana no cuajó) con un disparo alto. El Espanyol apenas dejaría huellas en la parcela de Greif pero esa ocasión era como una pastilla efervescente cayendo en un vaso de agua y activaba por completo a un Mallorca que iba a firmar luego la mejor secuencia de juego de la tarde.

Abría el fuego un cabezazo para marcar el terreno de Dani Rodríguez y en la toma siguiente era Samu quien centraba desde la izquierda para forzar un remate de primera y con el empeine de Asano que se iba por poco a la derecha de portero perico. La ráfaga rojinegra acabaría con la mejor acción coral del primer acto. Una jugada que nacía en las botas de Darder, que prolongaba Morlanes y que estiraba Asano con un centro raso al que no llegaría Muriqi pero sí Dani en el segundo palo. Era el minuto 17 y lo que parecía que iba a ser un castillo de fuegos artificiales se quedaría en nada. Ahí se acabaría el gas. Del ataque del Mallorca y del primer tiempo. Muchos minutos de bloqueo y espesura sin llegar a nada. Un quiero y no puedo en la penumbra. Ni luz, ni ideas, ni fútbol.

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El partido iba a pasar del bostezo a la taquicardia durante el descanso. Iba a ayudar a Muriqi, protagonista de una de esas jornadas que en ocasiones le caen sobre los hombros al kosovar. Uno de esos partidos en los que, además de no salirle nada, se le agolpan las desgracias. La primera aparecía tras un córner evitable con el que el Mallorca había obsequiado a su invitado. En su intento por defender, el Pirata marcaba en la portería equivocada y le daba alas a un Espanyol que salía de golpe del letargo.

Con el cuerpo helado, el Mallorca se lanzaba a la aventura de buscar la remontada y encontraba enseguida la primera piedra a la que agarrarse en su escalada. El Hilal cometía un claro penalti sobre Mojica y Muriqi, ansioso por coser cuanto antes la herida, asumía el lanzamiento y una presión que iba a estallarle en la cara tras la parada de Joan García.

El Mallorca corría el riesgo de ahogarse en su propia desesperación cuando otro giro de guion le concedía una nueva vida. Atacando ya en manada, Darder se sacaba de la manga un centro de lujo que Asano mandaba a la red y empezaba otro partido.

A lomos del público de Son Moix, el Mallorca iba a volcarse en buscar un triunfo que se le escurría entre las manos de nuevo. Entraba en escena Abdón, incorporado a última hora para darle forma al milagro. Lo conseguía en parte, provocando un penalti que la grada le pedía que tirara para cambiarlo todo. Así lo quería también Muriqi, que le cedía la bola. El de Artà, sin embargo, solo extendía la pesadilla. Joan García, con otra estirada salvadora, mantenía el punto para su equipo y dejaba tiesos a los locales.

Cuando todo el mundo daba por fijo el empate y empezaba a digerir la decepción el choque quedaba suspendido en el aire. El juego se detenía y el árbitro se llevaba la mano al pinganillo antes de irse al monitor. Faltaba el vuelco de la trama definitivo: había que repetir el penalti por la entrada antes de tiempo en el área de un jugador del Espanyol que interfería en la acción posterior. La pelota, el encuentro y el futuro del Mallorca estaban en los pies de Muriqi, que ya no iba a volver a equivocarse. Gol, partido y Europa al fondo. El final feliz para la jornada más caótica.

Ficha técnica

2- RCD Mallorca: Greif; Maffeo, Valjent, Raíllo, Mojica; Asano (Valery, m.84), Samú, Manu (Mascarell, m.84), Darder (Antonio Sánchez, m.97); Dani (Abdón, m.76), Muriqi.

1- RCD Espanyol: Joan García; Omar, Kumbulla, Cabrera, Carlos Romero; Edu Expósito (Calero, m.68), Jofre (Roca, m.81), Kral, Urko (Aguado, m.99), Puado; Roberto Fernández (Cheddira, m.81).

Goles: 0-1, m.52, Muriqi (p.p.); 1-1, m.65, Asano; 2-1, m.97, Muriqi (p.).

Árbitro: Alejandro Quintero González (Comité andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a los futbolistas visitantes Omar El Hilali (m.61) y Álvaro Aguado (m.100).

Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 28 de LaLiga EA Sports en el Estadio Mallorca Son Moix ante 18.240 espectadores.