La gran contienda

Tras enterrar su peor racha de resultados, el Mallorca de Jagoba Arrasate puede encadenar por primera vez cuatro jornadas sumando y formalizar el cambio de objetivo

Jagoba Arrasate, entrenador del Mallorca, da instrucciones a sus futbolistas durante el partido contra el Sevilla | Foto: Carlos Gil-Roig

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El Mallorca de Jagoba Arrasate tiene la palabra. De vuelta ya a su versión más competitiva, el conjunto balear está a un paso de sellar la documentación de una permanencia que lleva tiempo apalabrada y de reclamar después el formulario para cambiar de objetivo. Los bermellones, que en poco más de dos semanas han frenado la recesión de principio de año, tienen ahora la posibilidad de cruzar una meta inalcanzable hasta el momento: encadenar cuatro jornadas sin perder y llenando el granero. Sobre todo si desbloquean otro recuerdo repitiendo victoria en casa contra el Alavés, un rival maltrecho y atrapado en las arenas movedizas de la clasificación que llegará a Palma con un único triunfo a la espalda en más de tres meses.

Poco a poco, el Mallorca de la primera vuelta ha ido volviendo. En Sevilla estuvo a punto de sufrir una recaída en el pozo de los malos resultados, pero lo evitó con una segunda parte como las de hace meses y con un gol de Valjent en el tiempo añadido, una fase del encuentro en la que, para bien o para mal, siempre suelen pasarle cosas. Se fue del Pizjuán con otro punto y la sensación de que está preparado para pelear por algo más. Con lo que tiene y lo que le queda, al menos va a poder intentarlo.

El Mallorca suscribió su racha más productiva a finales de septiembre al derrotar de manera consecutiva a Real Sociedad (1-0), Betis (1-2) y Valladolid (1-2), pero en las 25 jornadas que ha completado todavía no ha podido juntar cuatro metiendo puntos en la hucha, por lo que la cita del domingo supone un nuevo desafío. Además hay otro aliciente sobre la mesa: solo una vez ha conectado dos alegrías seguidas en Son Moix y fue en octubre.

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El oponente de turno es de los peligrosos por el estado en el que se encuentra. De hecho, ya derrotó al Mallorca viniendo de una situación parecida. Cuando los dos equipos se cruzaron en la primera vuelta (1 de noviembre), los vitorianos venían de cinco derrotas seguidas y cortaron la racha con un gol de Guridi (1-0) y una victoria que sigue siendo la última que han celebrado tras las paredes de Mendizorroza.

En cualquier caso, al Alavés no se le da bien jugar en Palma y es uno de los pocos equipos de Primera División que no han ganado nunca al Mallorca como visitantes. Solo se han llevado cuatro empates de Son Moix —uno en Segunda y tres en la máxima categoría, el último de ellos la temporada pasada— y todos sin goles en el marcador. Su único triunfo en la capital balear lo amasó en la división de plata en la campaña 1974-75.

El conjunto babazorro viajará a Palma tras perder tres de los cuatro últimos partidos y hundido en el penúltimo puesto de la clasificación justo después de caer en su estadio frente a un rival directo como el Espanyol. Es más, el puesto del Eduardo Coudet —el técnico que relevó a Luis García Plaza y que no ha mejorado los números que dejó el exbermellón—, cuelga de un hilo que podría ser cortado este mismo fin de semana por el Mallorca.