Ante Budimir: el regreso del cisne que le rompió el corazón al mallorquinismo

El delantero de Osasuna, en el podio de los máximos goleadores de la Liga, vuelve a Son Moix para enfrentarse a su exequipo, uno de los tres únicos de Primera División a los que nunca ha marcado

El delantero croata de Osasuna, Ante Budimir, tras marcar un gol contra la Real Sociedad en El Sadar en el partido de la jornada anterior | Foto: Villar Lopez

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El Cisne de Zenica vuelve a Palma. Entre los múltiples reencuentros que va a provocar en Son Moix el cierre de la próxima jornada, el más picante será el de Ante Budimir con el equipo que le puso la alfombra de bienvenida al fútbol español. Con Jagoba Arrasate ejerciendo de anfitrión y Vicente Moreno sancionado y dirigiendo a Osasuna camuflado en alguno de los puntos altos del estadio, las cámaras buscarán directamente al delantero croata, que a sus 33 años y en uno de los momentos de más lucidez de su carrera es uno de los goleadores de referencia de la Liga. De hecho, no hay ningún otro jugador que haya marcado más goles que él (12) fuera de las plantillas de Real Madrid y Barcelona. Será la tercera vez que se enfrente al Mallorca en la que un día fue su casa. Y la sexta en la que intente marcar a uno de los tres únicos conjuntos de Primera División que le faltan por añadir a su lista de víctimas.

La relación entre el Mallorca y Budimir comenzó como empiezan los cuentos de hadas y terminó como acaban los dramas familiares de un vulgar telefilme de sobremesa. Reclutado en enero de 2019 por la dirección deportiva de Javier Recio de las galerías del fútbol italiano para jugar en Segunda División, Budi se subió en marcha a un tren que ya circulaba más rápido de lo esperado y en el que viajaban algunos de sus rivales del lunes, como Raíllo, Valjent, Abdón, Dani Rodríguez o Xisco Campos, ahora enrolado en el cuerpo técnico bermellón. A los mandos estaba Vicente Moreno, uno de los dos únicos entrenadores que ha tenido en los más de doscientos veinte partidos que suma en España. El otro es precisamente el hombre que ahora piensa solo en frenarlo: Jagoba Arrasate.

Budimir encajó como un guante en aquel Mallorca que acabaría ascendiendo, junto a Osasuna y Granada, en los meses posteriores. Marcó seis goles, entre los que figura alguno inolvidable como el que le endosó al Deportivo para iniciar en la final del playoff una remontada de Primera. La afición de Son Moix lo adoraba. Y él, tras dos años de bandazos entre la Sampdoria y Crotone, había encontrado su lugar. O eso parecía en aquel momento.

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El Mallorca pagó 1,5 millones de euros para quedarse a Budimir en propiedad y el croata (aunque nacido en Bosnia) debutó en Primera División, una categoría de la que ya no iba a moverse. Compartió ataque con Take Kubo y el Cucho Hernández y se destapó como el mejor delantero del club balear desde los tiempos de Dani Güiza, llegando a firmar 13 goles que a su vez la abrieron por primera vez las puertas de la selección de su país. Pero no pudo evitar un descenso que culminó entre unas gradas vacías por la pandemia. Y ahí empezó a gestarse el divorcio. Budimir, obsesionado ya con jugar una Eurocopa que se aplazaba a 2021 por el coronavirus, se negaba a volver a Segunda División y tensaba la cuerda para forzar su salida. Frustrado su traspaso al Valladolid, en los últimos instantes de un mercado que había retrasado sus fechas hasta principios de octubre se le presentó la oportunidad de fichar por Osasuna, que estaba dispuesto a hacerle sitio dejando salir a Marc Cardona. Un movimiento que cambiaría su carrera para siempre y que dejaba con el corazón roto al mallorquinismo, que ya no volvería a verlo con su escudo en el pecho.

Once goles y un curso después, Osasuna pagó los ocho millones de una opción de compra que no era obligatoria y lo convirtió en el fichaje más caro de su historia. Budimir participó en la Eurocopa con la que tanto fantaseaba y desde entonces ha jugado 162 partidos con el conjunto navarro (en Mallorca disputó 57) en los que ha marcado 61 tantos. En El Sadar es un tipo querido y en Pamplona ha encontrado un refugio aún más cómodo que el que tenía en Palma.

El lunes Budimir volverá a Mallorca agarrado a una racha espectacular (amontona 15 goles entre Liga y Copa, cuatro de ellos desde que empezó el año) y en uno de sus mejores momentos. En un futbolista consagrado en Primera (el de Son Moix será su encuentro número 180) y de los 20 equipos que hay en la categoría solo hay tres a los que nunca les ha hecho daño con sus dianas: Rayo Vallecano, Leganés y Mallorca. Puede que ya no quede ninguna cuenta por saldar, pero el Cisne vuelve a su viejo hogar para enfrentarse al pasado.

El apunte

Un choque de reencuentros en ambas filas

Ante Budimir no será el único que se reencuentre con su pasado en el partido del lunes. Además de los entrenadores y sus principales colaboradores (Jagoba Arrasate, Bittor Alkiza y Sergi Pérez por un lado; Vicente Moreno, Dani Pendín y Dani Pastor por el otro) hay otros jugadores en la plantilla del Mallorca que pasaron antes por la de Osasuna. Uno es Toni Lato, que tuvo un paso fugaz por El Sadar en la temporada 2019-20 y el otro es Johan Mojica, que el curso anterior disputó 34 partidos oficiales con los navarros.