El presidente de la RFEF, Rafael Louzán, el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, y el cónsul honorario de España en la embajada en Riad, Sheikh Abdulaziz Kaki, posan en la foto de familia de la recepción oficial previa al partido de la final por el título de la Supercopa de España. | Efe

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Rafael Louzán, presidente de la RFEF, se ha quedado «mudo» respecto a los graves incidente que tuvieron que padecer los aficionados del Real Mallorca a la conclusión del encuentro disputado entre su equipo y el Real Madrid, pero por contra ha ensalzado el «cariño» recibido en Yeda y que la final entre el conjunto blanco y el Barcelona es una manera de devolver el trato recibido durante estos días en Arabia Saudí.

En declaraciones que recoge la pagina web de la Española, Rafael Louzán ha agradecido la presencia de los asistentes al evento oficial de la RFEF previo a la final entre los que han figurado miembros de la comunidad española en el país saudí, el cónsul honorario de España en la embajada en Riad, Sheikh Abdulaziz Kaki, así como de los representantes de los clubes finalistas.

El presidente de la RFEF ha subrayado que el encuentro entre el Real Madrid y FC Barcelona "será seguido atentamente por más de 50 millones de personas en todo el mundo gracias al impacto de estos dos grandes transatlánticos de este deporte que son a su vez los mejores embajadores de España y la final es una manera también de devolver parte del cariño recibido estos días en Yeda". De los acosos sufridos por algunas de las parejas de los futbolistas del Mallorca y del resto de aficionados camino del estadio al autobús no pronunció palabra alguna en un silencio cómplice con quien paga 40 millones de euros por la organización del evento.

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"Hoy es un día para estar contentos y felices -prosiguió Louzán- como culminación de una semana en la que hemos hecho muchas cosas para el bien de nuestro deporte, recibiendo siempre el cariño de un lugar que quiere al fútbol español. En 2030 será España quien organice, junto a Marruecos y Portugal la Copa del Mundo que cuatro años después se disputará en Arabia Saudí. Queremos pues ir de la mano con este gran país porque sus éxitos serán los nuestros", se atrevió a decir Louzán.

El cónsul honorario de España tampoco tuvo ningún tipo de palabra de aliento para los aficionados del Real Mallorca y simplemente recordó que «la disputa de la Supercopa de España es uno de los mayores acontecimientos deportivos de nuestro país y el hecho de que se dispute en Yeda supone un gran honor tanto para la comunidad local como para los españoles que residen o se desplazan hasta aquí».

El tradicional intercambio de obsequios y la foto de familia han servido como colofón a un evento celebrado la víspera del desenlace del primer gran torneo del año y que juntará en le estadio de la Ciudad Deportiva Rey Abdullah a los dos clubes con mayor número de entorchados en la historia de una competición en permanente crecimiento y expansión a nivel mundial.

La final entre el Real Madrid y el FC Barcelona de este domingo será la décima en la historia de la Supercopa de España entre ambos equipos, que son los que más títulos acumulan desde la disputa de la primera edición del torneo a principios de la década de los 80 del pasado siglo y que durante los último años ha tomado un nuevo impulso gracias al exitoso formato con cuatro equipos participantes en sede neutral.