Los jugadores celebran con la afición la victoria ante el Valencia. | Miquel Payeras

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El Mallorca todavía no ha quitado del calendario la hoja de noviembre y ya cuenta con más de media permanencia en el bolsillo. El equipo de Jagoba Arrasate firmó su primera remontada de la temporada en Son Moix —ya le dio la vuelta a su destino en el Villamarín— para alcanzar los 24 puntos y ganarse el derecho a soñar. El grupo balear tiró de casta, coraje y de la conexión Artà (centro de Darder y golazo de Abdón) para redactar su séptima victoria en los quince capítulos del campeonato e instalarse de nuevo en zona europea.

La ausencia de Vedat Muriqi provocó la rebelión de los otros dos ‘9’ que habitan en el vestuario. Por primera vez, Larin y Abdón festejaron un gol el mismo día para felicidad del técnico de Berriatua. Durante la era Aguirre, jugar sin Muriqi se había convertido en una pesadilla. En una visita al dentista. Con Jagoba, un técnico al que le gusta tener enchufado a todo el vestuario, las ausencias del kosovar han servido para espolear y motivar a sus sustitutos. Larin y Abdón, canadiense y artanenc, desmontaron a un Valencia que vuelve a tener la flecha hacia abajo...

El martes se presenta en Son Moix el Barça en un duelo que el Mallorca debe plantear sin miedo a perder. Alejado de las urgencias clasificatorias y con el depósito anímico a rebosar, este equipo está de dulce otra vez. Se ha ganado el derecho a soñar y, ¿por qué no puede repetir la alegría ante el líder?