El defensa del Mallorca Pablo Maffeo lucha con el polaco Robert Lewandowski durante el partido de la primera vuelta en el estadio de Son Moix. | ATIENZA

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Llega la hora de empezar a recoger los bártulos y el Real Mallorca quiere hacerlo dejando huella. Herido por las bajas pero con el viento de cola en la clasificación, el equipo de Javier Aguirre visita este domingo a un FC Barcelona coronado ya como campeón que aprovechará la tarde para ponerle un emotivo punto y aparte a un pedazo importante de su historia. El conjunto azulgrana, a las puertas de un forzado cambio de domicilio, despedirá a Sergio Busquets y Jordi Alba con los baleares y sus pequeñas aspiraciones europeas como testigos (Camp Nou, DAZN, 19.00 horas).

El Mallorca viene de restaurar su imagen y su estado de ánimo con otro triunfo de la factoría Aguirre que, de paso, le mantiene agarrado a la cornisa de la Conference League. La escuadra balear está a tres puntos de la puerta de Europa y sigue participando en una subasta en la que pujan otras cinco formaciones. Un reto complicado, pero que supondría el premio gordo a una magnífica campaña.
La escuadra de Son Moix ha hecho el último viaje del curso en cuadro. A las bajas de Raíllo, Galarreta, Nastasic y Augustinsson ha sumado la de Dennis Hadzikadunic, con una rotura fibrilar que sufrió el jueves, y las de Kang In Lee y Antonio Sánchez, sancionados por acumulación de amonestaciones. Para compensarlo, Aguirre ha incluido en la convocatoria a siete jugadores del filial, además de Leo Román. Son Gayà, Miquel Llabrés, Miguel Martín, Marcos Fernández, Luis Montiel, Benja Garay y Rubén Quintanilla.

Aparte de Kang, su futbolista más en forma, el Mallorca prescindirá contra el Barça de otro de sus tres grandes pilares, aunque esta vez por voluntad propia, ya que Aguirre tiene decidido cambiar de portero aprovechando la visita al Camp Nou para premiar a Dominik Greif y reconocer su trabajo diario en los campos de Son Bibiloni. Predrag Rajkovic, el único integrante de la plantilla que había disputado todos los minutos de LaLiga, será uno más en el banquillo.

El Barça, campeón desde hace semanas, tiene preparadas varias despedidas y vivirá una jornada más festiva que futbolística. La más importante de todas es la del Camp Nou, el estadio en el que ha jugado los últimos 66 años, que a partir de este lunes se someterá a una profunda reforma que obligará al conjunto azulgrana a trasladarse a Montjuïc. Por si fuera poco, el partido de este domingo también será el último de dos leyendas culés, Sergio Busquets y Jordi Alba, que cerrarán la cremallera de su espectacular trayectoria en la entidad. El club ha hecho un llamamiento para que sus aficionados llenen las gradas del recinto vestidos de azulgrana.

En lo deportivo, el Barcelona no se juega nada, más allá de las plusmarcas personales que persiguen su portero, Marc André Ter Stegen, o su máximo goleador, Robert Lewandowski. Las ausencias de Pedri González y de Ronald Araujo, ambos lesionados, son las únicas novedades en la lista de convocados de Xavi Hernández.

El Mallorca encadena en el Camp Nou cuatro derrotas seguidas en las que ha encajado 17 goles. Aun así, sueña con una última gesta en ese mismo escenario en el que ya ha ganado cuatro veces, una en la Supercopa de España y otras tres en la Liga.