Javier Aguirre, entrenador del Mallorca, en el área técnica del Benito Villamarín, durante el último partido que dirigió desde el banquillo. | Jose Luis Contreras

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Javier Aguirre se ha enredado en la peor serie de resultados desde que es entrenador del Real Mallorca. El mexicano, que dirigió por primera vez al conjunto bermellón hace exactamente un año, nunca había estado cinco partidos sin ganar desde que agarró el volante el equipo. La formación balear, que de momento se mantiene a cierta distancia de los puestos de descenso, no suma tres puntos de una tacada desde el 18 de febrero y desde entonces solo ha cosechado dos unidades, fruto de sendos empates en casa, de quince posibles. Un balance parcial que no es del agrado del Vasco. «En lo que va de temporada hemos sumado 33 de 81», recordaba con cierta tensión después del encuentro del viernes ante Osasuna.

No vive sus mejores días en Mallorca Javier Aguirre, que en su regreso a la competición tampoco pudo atajar una racha que ya había firmado antes del Mundial de Qatar. En aquel momento —principios de octubre— el Mallorca saldó con un único punto sus duelos contra Barcelona (0-1), Elche (1-1), Sevilla (0-1) y Real Sociedad (1-0). Curiosamente, aquello fue la antesala del mejor hilo de resultados del técnico como rojinegro. Ganó fuera de casa a Valencia (1-2) y Villarreal (0-2), dos citas entre las que intercaló un empate en Palma contra el Espanyol (1-1), y luego cerró el círculo en Son Moix tumbando al Atlético (1-0). El único problema entonces fue tener que echar el freno de mano. Porque desde que se reanudó el campeonato, a finales de diciembre, ha sido incapaz de enlazar dos jornadas sumando, ha vuelto de vacío de todos sus desplazamientos y ha ido perdiendo musculatura.

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Lo cierto es que el Mallorca 2022-23 acostumbra a combinar luces y sombras en cortos plazos de tiempo. Y basta con echar un vistazo rápido a su tarjeta para comprobarlo. El mal momento que vive estos días empezó a gestarse justo a continuación de una de sus funciones más relucientes del curso. El 18 de febrero y con su estadio convertido en un búnker, el equipo balear conectaba su quinta victoria consecutiva pasando por encima del Villarreal y logrando su marcador más abultado (4-2). Sin embargo, una semana después era incapaz de romper su tóxica dinámica como visitante y entregaba en Cornellà un partido que había competido bien en su primer tiempo. El Elche, colista perenne y condenado al descenso desde hace tiempo, ponía fin al embrujo de Son Moix (0-1), del que después volarían otros dos puntos que irían a parar al equipaje de la Real Sociedad (1-1). La caída frente al Betis en el Benito Villamarín (1-0) y el empate ante Osasuna (0-0) abrochan por el momento un mes y medio de penumbra.

Las vistas que ofrece el calendario no son demasiado agradables para el Mallorca, que está obligado a reactivar su cuenta corriente como foráneo si no quiere meterse en problemas en la clasificación. Más que nada, porque a los bermellones les esperan ahora dos salidas consecutivas en las que se enfrentará a rivales de su círculo próximo. La primera parada le llevará al José Zorrilla de Valladolid (domingo 9 de abril, 14.00 horas) y la segunda a Balaídos, la casa del Celta de Vigo (lunes 17, 21.00 horas).

Portería a cero después de seis jornadas

El Mallorca-Osasuna que abría la 27ª jornada no dejó grandes cosas para el equipo bermellón, aunque una de ellas tiene que ver con el rendimiento defensivo. Después de seis jornadas seguidas recibiendo algún gol en contra, Predrag Rajkovic mantuvo su portería sellada frente al cuadro navarro, algo que conseguía desde el pasado 5 de febrero, coincidiendo con la visita a Son Moix del Real Madrid. A partir de ahí, había recibido nueve goles en seis partidos. El portero serbio fue precisamente el jugador más destacado del equipo en su reencuentro con el campeonato de Liga. La expulsión del local Copete desniveló el duelo en su tramo final y Osasuna dispuso de varias ocasiones para llevar el partido a su terreno que desbarató siempre el meta serbio, que había estado unos días antes con la selección de su país pese a que no llegó a disputar ningún minuto en los choques contra Lituania y Montenegro. El Mallorca tiene en el balcánico a uno de sus hombres más fiables.