Los jugadores del Real Mallorca celebran el tanto de la victoria ante el Real Madrid en el partido disputado en el estadio de Son Moix. | JUAN MEDINA

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Nuevo intento para tomar impulso, para cambiar el rumbo, para variar esa dinámica fuera de casa. El Mallorca reactiva sus opciones de mejorar sus registros a domicilio en el choque que le enfrentará este domingo (14:00 horas, Benito Villamarín, Movistar TV) al Real Betis, un enemigo temible.

Sin duda se trata de uno de esos rivales de ‘la otra Liga’, que quiere el balón, lo juega, lo mueve y suele ganar más que perder. No es a priori el mejor escenario para darle al F5, hacer un ‘reset’ y volver a tomar la solvencia lejos de casa. Pero no queda más remedio que encontrar la fórmula ideal para al menos sostener el empate a cero. Cada punto a estas alturas de temporada tal y como está la clasificación es oro y más en feudos de la altura del Villamarín. El Betis viene de caer ante el Manchester y de despedirse de la Europa League. Siempre es un golpe anímico caer de una competición, pero también es cierto que el partido siguiente es una oportunidad para tratar de rehabilitarse. Nunca se sabe.

En cualquier caso el Mallorca va con todo o con casi todo a Sevilla. Valjent es baja por un golpe en la zona lumbar y por lo tanto el eje de la zaga estará formado por Gio, Raíllo y Nastasic. Lo más importante es el regreso de Muriqi al once y saber si estará o no Tino un par de pasos por detrás. Pese a que se juega a la misma hora que el pasado fin de semana cuando sufrió un golpe de calor, lo cierto es que todo fue agravado por un virus estomacal que propició un cóctel terrible para el futbolista.

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Este domingo no tendrá problemas para ser titular. Siempre está la posibilidad de echar mano de Abdón, futbolista que asistió a Kang In en el gol y que además tuvo ese pase a Amath que acabó en el poste. Tal vez pueda apostar por el de Artà de arranque, pero el mexicano es de ideas fijas y durante la temporada le ha dado minutos tras el descanso.

Aguirre elogió al Betis en la previa del encuentro y poner en alerta al equipo y al entorno sobre la dificultad del encuentro es razonable. El conjunto verdiblanco está situado en la zona noble de la tabla, pero además es uno de los equipos que por méritos propios se ha instalado en esa parte de la tabla.
La pregunta es cómo poder meterle mano y la respuesta es hacer lo que mejor sabe hacer el equipo rojillo: defender con orden y tratar de forzar algún erro del rival en una contra. Para propiciar esto hay que darle la pelota a Kang In y a Dani Rodríguez para que intenten abrir el campo y hacer más incómodo el choque al rival. Porque se trata de eso, de ser protagonista con el balón durante un margen de tiempo y que no solo proponga el conjunto local.

Lo fundamental en estos momentos es tratar de que los jugadores en su mejor momento puedan desequilibrar el partido y uno de ellos sin duda es el coreano. Está bien, con ganas, motivado, con capacidad de tirarse el equipo a la espalda, al igual que Dani Rodríguez, y si él entra en juego el equipo es capaz de activarse, pero si ellos dos no pueden dar un paso al frente todo es más difícil.
A partir de ahí resta por saber si Muriqi volverá en estado de gracia y buscará un nuevo entorchado con el que completar su número de goles.

Insistir en los números fuera de casa no es necesario. Si no ha ganado en cinco partidos y solo ha marcado un gol es por algo. El problema es que cuando más tarde en sumar puntos lejos más costará abrazar esos más de 42 puntos que esta temporada serán necesarios para lograr la permanencia.
No venir de vacío sería un éxito, pero ganar suponía dar un paso de gigante en el andar de esta temporada. Todavía restan partidos en el horizonte, pero lo cierto es que dejarse comer terreno te mina la moral. Pitará Valentín Pizarro Gómez. Las espadas están en todo lo alto. De nuevo fútbol a la hora de comer.