Copete, Kadewere, Jaume Costa, Maffeo y Kang In Lee celebran un gol del Mallorca en el estadio de Son Moix. | CATI CLADERA

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Dos derrotas después, el Mallorca se somete a un chequeo para comprobar su estado de salud. El equipo de Javier Aguirre, que la semana pasada rompió la sucesión de resultados que había seguido durante los últimos meses, necesita dar otro estirón para permanecer a cubierto y aislarse de todo ese ruido que empieza a llegar de la mitad inferior de la clasificación. Despojado del que ejerce como su jugador franquicia —Muriqi, sancionado por acumulación de amonestaciones— el cuadro balear recibe en su guarida a una de las grandes bestias del campeonato, una Real Sociedad con contusiones y sin apenas reposo (Son Moix, Movistar LaLiga, 14.00 horas).

Para el Mallorca el partido es más importante de lo que parece. Aunque el equipo no ha perdido altura en la clasificación, la zona baja vive en una erupción constante y las derrotas contra el Espanyol y el Elche han atraído el fuego, situado ahora a seis puntos. Perder esta tarde, algo que podría ser normal frente a una Real Sociedad que le ha superado en los seis enfrentamientos más recientes —dos de ellos, en esta misma campaña—, supondría introducirse en la peor serie de resultados del curso y que empezaran a florecer unos interrogantes que llevan despejados desde el día uno.

Aguirre tiene que encontrar la manera de tapar el enorme socavón que ha provocado en su ataque la baja de Muriqi. Autor de diez de goles, el Pirata tiene la exclusividad del ataque rojinegra y sus teóricos recambios están muy lejos. En ese sentido, el propio técnico ya ha desvelado que el encargado de representar el papel del kosovar en la posición de nueve será Tino Kadewere. En cualquier caso, la presencia en el equipo titular del zimbabuense tampoco debería catalogarse de novedad, ya que lleva tres jornadas seguidas apareciendo de inicio. Una vez resuelto el nombre del sustituto, falta por saber cómo se configura el resto del once. Ahí todo apunta a que Baba, inédito desde la visita al Sánchez Pizjuán, regresará a la sala de máquinas para controlar el tráfico y fortalecer el juego bermellón en tareas defensivas, que también resulta necesario viendo las cuentas de los últimos encuentros.

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La otra fuga que sufre el Mallorca, mucho menos pronunciada, tiene que ver con la de Martin Valjent. No está siendo la mejor temporada del central eslovaco, que ha perdido la etiqueta de indiscutible con la que jugaba desde que recaló en el club. Aguirre tiene tres opciones para sellar la pared que protege a Rajkovic. Las dos más probables son las de Gio, muy acertado cuando le ha tocado jugar en medio, o la de Nastasic. La tercera es la de Dennis Hadzikanudic, que todavía no ha desprecintado sobre el campo su ciclo como bermellón.

A la Real Sociedad, cuarta clasificada, se le han apagado un poco las luces al tiempo que se le amontonaban las cargas. Los vascos solo han ganado un partido de los últimos ocho que han jugado en tres competiciones distintas y cuando empiece a moverse el balón, no habrán pasado ni 65 horas de su último enfrentamiento en Roma. Eliminados de la Copa del Rey, con su futuro europeo nublado y arrinconados por el Atlético y el Betis en su lucha por los puestos de Champions, los de Imanol Alguacil precisan de una reacción.

El cuadro txuri urdin respira mejor fuera de casa que en Anoeta y, aunque vienen de perder en Valencia en su último desplazamiento, ganaron la anterior al Espanyol y empataron en el Santiago Bernabéu. David Silva, con un fuerte desgaste del partido en el Olímpico de Roma y básico en el esquema de su entrenador, podría ser uno de los que comiencen el encuentro en el banquillo, al igual que hay dudas en torno a la participación de inicio de otros tipos importantes como Martín Zubimendi, Mikel Merino, Alexander Sorloth o Take Kubo.