El centrocampista ghanés del Mallorca Iddrisu Baba (c) persigue el balón con Lucas Boyé (d), del Elche, durante el partido de la primera vuelta en el estadio Martínez Valero. | Biel Alino

TW
2

La pegada de la que se presume el Real Mallorca en Son Moix frente a la trampa del colista. La escuadra que dirige Javier Aguirre afronta este fin de semana, en su partido contra el Elche, un doble ejercicio de superación. Por un lado, el objetivo de seguir alargando la cadena de victorias consecutivas en Son Moix, que hasta el momento cuenta con cinco eslabones. Y por el otro, la idea de tumbar un complejo que ha ido creciendo y ganando peso en los últimos años: vencer a un rival atrapado en el fondo de la clasificación. Un reto aparentemente asequible que, sin embargo, se le atraganta temporada a temporada.

Siguiendo el guion con el que se ha alineado desde justo antes del Mundial de Qatar, el Mallorca lleva un puñado de jornadas siguiendo un camino zigzagueante: gana en casa y pierde fuera. Una cadencia que estuvo a punto de quebrar el pasado sábado en Cornellà, hasta que un doblete de Martin Braithwaite acabó mandándolo al suelo. Ahora a los bermellones se les vienen encima dos partidos seguidos en Palma y si aspiran a seguir agarrados a la cornisa superior de la tabla necesitan sumar seis puntos que, además, le dejarían a muy pocos centímetros de la puerta de la permanencia.
El Elche es ahora mismo el mejor equipo al que puede enfrentarse el Mallorca. Instalado en la última plaza de la clasificación desde la sexta jornada (9 puntos), el conjunto ilicitano solo ha ganado un partido en lo que va de temporada y se presentará en la capital balear agujereado por las bajas y sostenido por un hilo de vida.

Noticias relacionadas

El Mallorca, según los datos recopilados por el periodista Pedro Martín, ha sufrido un calvario ante los colistas con los que se ha ido cruzando en este siglo XXI. Y una vez contabilizado el duelo de la primera vuelta en el Martínez Valero (1-1), en el que los franjiverdes ya eran últimos, el saldo es demoledor. Los bermellones se han medido a 33 farolillos rojos y solo han sumado cinco victorias. El resto de la tarta se divide en nueve empates y 19 derrotas.

La temporada pasada el Mallorca firmó dos ejemplos muy diferentes en esa dirección. A principios de la segunda vuelta cayó contra un Levante que hasta ese momento no había ganado ningún partido (2-0), mientras que en abril, ya bajo el mando de Aguirre, logró burlar la trampa tumbando al Alavés gracias a los goles de Abdón y Muriqi (2-1). El sábado espera otra actualización.